Fuimos nosotros como mala sociedad quien los puso allí y no ha sabido protegerlos. No se trata de si los animales callejeros te gustan o no, se trata de humanidad, de empatía, de progreso, de civilización tomar medidas para devolverles la dignidad y protección que se merecen.
Esterilizar a tus propios animales es el paso fundamental para evitar el abandono, el maltrato, el sacrificio, la tristeza en las calles. Los animales sin hogar, vienen de los humanos irresponsables.
Ayudemos a los que no tienen nada, respetemos a los que viven aún allí, apoyemos las iniciativas de protección y control ético poblacional.
Es nuestro deber.
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