Entonces, el edificio del fondo que se puede apreciar en la vieja postal (que un día me encontré en el Mercado de San Telmo y hoy comparto con ustedes), no es ni más ni menos que el Palace Hotel, uno de los primeros “cinco estrellas de nuestra era moderna”, que fuera propiedad de Nicolás Mihanovich, el mayor magnate naviero de Sud América.
Las Nereidas en el Paseo de Julio, año 1908 con el Palace Hotel de Fondo. Postal colección Pat Harrington
Folleto publicitario del Palace Hotel (en inglés, para ser promocionado en Europa) uno de los más finos de Sudamérica
Por un tiempo, las Nereidas y el Palace supieron acompañarse amablemente. El edificio, a su manera, era casi tan bello como la fuente, a grado tal que fue varias veces distinguido con el “Premio Municipal a la Mejor Fachada”. Se recuerda con mucha añoranza la terraza en el sexto piso, que era ni más ni menos que un exuberante jardín de 900 metros de pasto lleno de plantas, flores y aves con sus bebederos, desde donde podía divisarse la ristra de quintas “bien” de la zona de San Isidro, que bañaban sus barrancas en el río. Era un lugar soñado para tomar el té en la primavera. Favorito de la élite vernácula y elogiado por muchos “influencers” de la época tales como el príncipe de Gales y también la Infanta Isabel de España, a quien cada tanto se la escuchaba decir sin tapujos: “Pocas terrazas hay más bellas que la del Palace Hotel”. En ambos extremos de la misma se levantaban dos regias cúpulas. Una dominaba todo el atardecer sobre la ciudad y la otra enfrentaba el río y era desde donde Mihanovich contemplaba, al ritmo parsimonioso de su pipa dulce, sus barcos que entraban y salían del puerto. Dicha cúpula se derrumbaría en 1996 tras hacerle frente a una cruel sudestada y hoy día sus restos están confinados tras una cárcel de chapas de zinc que puede observarse allá a lo alto cada vez que pasamos por Alem con el 152….
En 1918, aún perseguida por las críticas, las Nereidas cambia nuevamente de lugar y esta vez le eligen el extremo más austral del Paseo de la Costanera (hoy Reserva Ecológica), que para la época estaba comenzando a desarrollarse como balneario, a donde permaneció por varias décadas con suerte dispar.
En el año 1971 tomó forma un proyecto que buscaba resarcir la obra de Lola Mora, rescatarla de las sombras y darle un verdadero lugar de ponderación en la ciudad. El objetivo era trasladarla a una regia plazoleta sobre la 9 de Julio y Av. Santa Fe, sin embargo estudios previos detectaron severas rajaduras estructurales en las vetas del mármol de carrara, que amenazaban con el colapso en caso de ser desmontada…
Un caballero de la época admirando la escultura emplazada en medio del parque que circunvalaba el Paseo de Julio
Y allí está, en Puerto Madero, en el mismo lugar a donde la emplazaron hace cien años. Ya no tiene al Palace Hotel de la postal, pero a muy corta distancia es vigilada por el Faena, el Hilton y el Madero y también mimada por los miles de transeúntes que le pasan por al lado y admiran la que supo ser no solo la escultura más bella, sino también la más escandalosa obra de épocas ya pasadas.
Por Pat Harrington, extracto del libro "300 AÑOS DE HOTELERIA EN ARGENTINA" ®. Propiedad Intelectual Registrada
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