Om...
En Sánscrito, el significado de Om es avati, o rakṣati. Rakṣati significa “quien protege, sostiene”. Lo que sostiene todo es Om. Y lo que sostiene todo es lo que tenemos que ver como el orden. Podemos dar un paso más. Ese orden es la realidad de todo. El orden es, en sí mismo, una realidad. Y por tanto, aquello que es la esencia del orden en sí mismo, es Om. Esto significa que Om es el nombre del Señor, que llena tu ser, que llena todo lo que hay en el mundo en la forma de niyati, la forma del orden que le sostiene. Veamos cómo.
Cuando decimos que el orden está detrás de todo, no es que esté “detrás” de ninguna cosa que haya aquí. Es que es la propia cosa como tal.
Esto es una taza. ¿Qué le hace ser una taza? ¿De qué material está hecha? ¿Por qué aparece en esta forma particular? ¿Por qué no tiene otra forma? ¿Por qué su materia, el acero inoxidable, no está sujeto a oxidarse? ¿Por qué otros aceros se oxidan, por ejemplo, los que están hechos de hierro? Todo esto es el orden. Y, esta forma está mantenida por el orden. Es el orden lo que hace a las cosas ser como son. Si esta silla es una silla es debido al orden. Todo lo que está aquí es sustentado por el orden. Este orden es I̅śvara. Lo que tú ves es el objeto y lo que puedes ver es el orden. En el objeto mismo hay orden. Por tanto, no tienes que ponerte “detrás” del objeto para encontrar el orden . La taza de acero es hoy una taza de acero. Mañana podrás llamarla una taza de acero. Por tanto, está en el orden. Si mañana no fuera una taza de acero, también estaría en el orden. Podemos ver esto también. Hoy vemos la forma de una flor. Mañana encontramos que la flor desparece y hay un fruto. Por tanto, también esto es orden. El orden significa cómo las cosas son como son. Todo lo que existe, está sustentado por el orden, llamado niyati. Niyati es I̅śvara, el Señor, y es el significado de Om.
Bhu̅taṁ bhavad-bhaviṣyad-iti sarvam Omkāra eva
“Lo que sucedió antes, lo que es ahora y lo que será más tarde —todo es sólo Om—” (Māṇḍukyopaniṣad,1)
La enseñanza aquí es conectar ese significado a esta palabra. Si el significado está en mi cabeza, cuando traigo esta visión, entonces hay una transacción completa, una comunicación. Esto es enseñar.
Una palabra o un objeto, abhidha̅nam, y su significado, abhidheyam, son uno y lo mismo. Cuando te pido que me traigas una vasija, tú no escribes “v-a-s-i-j-a” y me la traes. El nombre y el objeto que al que me refiero por su nombre son idénticos en el sentido que no puedes pensar en la palabra sin pensar en su significado. Si no sabes el significado, entonces no es una palabra —sólo se convierte en un grupo de sonidos. Una vez que conoces el significado de ese grupo de sonidos, entonces sin pensar en el significado, no puedes pensar en la palabra.
Es decir, Om es el nombre del Señor y lo que Él significa, la verdad del Señor. Om no es, como dicen, el sonido primordial. Esto es una tontería. Om es el nombre para el Señor, el cual es todo. Cuando digo la palabra Om, ves su significado.
Significado védico de Om
Om también se usa como un símbolo (prati̅ka) para el todo — este universo entero— porque Om sostiene todo. El universo entero significa no sólo el universo físico, sino también la experiencia allí contenida. Este es el significado que los Vedas cargan en este símbolo.
Siendo una tradición oral, los Vedas explican Om como formado de tres partes. Estas son partes fonéticas que forman el sonido Om y cada una de esas partes conlleva cierto significado. Esto se llama superposición, adhyasa. Superpones el significado en estos sonidos. En Om, hay una “a”, hay una “u”, y hay una “m”. “A” es una vocal, “u” es una vocal y “m” es la consonante. Por tanto, esta “a” más la “u” más “m” juntas forman “Om”. “A” más “u” forman “o”, un diptongo. Si te fijas en cómo se pronuncian la “a” y la “u”, como combinación en la stha̅na, el lugar desde donde el sonido proviene, entonces verás que “a” sumada a “u” no pueden ser otra cosa que “o”. Y con “m” al final se convierte en “Om”.
La letra “a” corresponde a la totalidad del mundo físico de tu experiencia. El experimentador, la experiencia y lo experimentado, los tres quedan comprendidos en el sonido “a”. Cuando estás despierto, estás consciente de tu cuerpo físico y del mundo físico- conocido y desconocido. También eres consciente de la experiencia del mundo físico. Al mismo tiempo, eres consciente del experimentador — tu mismo—. Estos tres estamentos, de los que eres consciente, son “a”.
La letra “u” es el mundo del pensamiento, el cual se experimenta de forma distinta al mundo físico. El mundo de los pensamientos el cual se experimenta de forma diferente, como tus sueños, como tu imaginación y de forma abstracta o sutil; Sukṣma o sutil es representado por “u”. El mundo de los pensamientos, el objeto del mundo de los pensamientos y su experiencia son el significado del sonido “u”.
Nos queda “m”. Este representa la experiencia que tenemos en el sueño profundo, la condición no manifiesta. Lo que había antes y después de la creación es el significado del sonido “m”.
Esto es, el que duerme y la experiencia de dormir, el soñador y la experiencia del sueño y que está despierto y la experiencia de vigilia, estos tres, constituyen lo que llamamos todo-lo-que está-aquí. Estos tres grupos juntos representan y forman “Om”. Así, Om es completo.
Vemos que lo que existía antes, lo que existe ahora y lo que existirá después es todo Om. Incluso todo lo conocido y desconocido que es experimentado, la experiencia y el experimentador, también es Om, vidim aviditam sarvam Omka̅raḥ̣. Eso es el Señor, Bhagava̅n o I̅śvara.
Significado no lingüístico de Om
Todo el jagat, el mundo manifiesto, es visto como uno; pero, de forma separada, podemos decir que tiene muchas formas. Cada una de estas formas puedes verlas como una cosa y si las miras de forma separada, encontrarás que cada una es la combinación de un montón de otras pequeñas cosas. Cada una tiene una forma y para cada una usamos un nombre. Incluso este cuerpo físico es uno, pero separadamente, tiene varias formas. Tenemos dos manos, dos piernas y así podríamos seguir. Entonces, en cada parte encontraríamos que hay muchas células. Estas células también son diferentes. Si tomamos las células, hay muchos tipos; células del hígado, células cerebrales, etc. Siguiendo este razonamiento, hay muchos componentes de la célula, DNA, etc. Por tanto, encontraras que vas obteniendo nuevos nombres porque hay diferentes formas dentro de cada una.
Todos los nombres y formas no están separadas del Señor. Ahora, quiero dar un nombre al Señor; un nombre por el cual pueda relacionarme con él; Con el fin de ver el significado e incluso comunicarme con él. Por tanto, ¿Qué nombre (uno que incluya todas las formas) le debo dar? Cuando digo “vasija”, no es “silla”, no es “mesa”, ni “árbol”, ni “alfombra”; “vasija” sólo es una “vasija”. Ahora bien, el Señor es el único que es vasija, silla, mesa, árbol, alfombra…es todo. Por lo tanto, ¿qué debo hacer? ¡Tengo que recitar todo el diccionario! Pero, esto no es bastante. ¡Debes hacerlo para todos los idiomas! Cada idioma, cada dialecto tiene sus propios nombres y formas. Y existen un montón de objetos en el mundo que todavía no están descubiertos. Y seguimos descubriendo nuevos hechos para los cuales creamos nuevas palabras
En el lenguaje Sánscrito hay otro problema. El diccionario en Sánscrito es una excusa. Un diccionario de Sánscrito no es del todo un diccionario, porque el idioma Sánscrito está lleno de palabras compuestas y, puedes hacer compuestos todo el tiempo y cuando haces un compuesto es una palabra que es válida pero no está en el diccionario. Por tanto en Sánscrito, no podemos tener un diccionario completo y comprensible. Las posibilidades de las palabras son infinitas.
Lingüísticamente, dar un nombre al Señor —que es todas los nombres y formas— es una tarea imposible. Por tanto, olvidémonos del lenguaje. Tenemos otra explicación para Om, que no es lingüística. No miremos Om como una palabra. Contemplémoslo como algo puramente fonético.
Todos los nombres no son más que palabras. Todas las palabras no son más que letras, y todas las letras no son más que sonidos. Las letras y los alfabetos también difieren. En inglés, tienes de la “A” a la “Z”. En latín, comenzamos en “Alpha” y terminamos en “Omega”. En Sánscrito, va de la “a” a la “h”. Encontramos que las letras son únicas para cada lenguaje. Por tanto vamos más allá de las letras. Sobrepasamos todas las individualidades de los lenguajes
Más allá de las letras, un nombre se convierte en un grupo de sonidos. El francés, el árabe, el africano de una tribu, el académico en sánscrito o un brahmin de Boston; todos hacen sonidos. Especialmente cuando no sé un idioma, sólo oigo sonidos. En todos los idiomas, ciertos sonidos se repiten de manera característica en ese lenguaje.
Ahora bien, si un francés o un indio o cualquiera abre la boca para emitir un sonido, ¿cuál será? Cuando abres tu boca y emites un sonido, el sonido que se produce es “a”. Si cierras la boca y emites un sonido, entonces el sonido es “m”. No produces ningún otro sonido después. Y todos los demás sonidos se encuentran entre los sonidos “a” y “m”, tanto si son consonantes como vocales. Por tanto, queremos encontrar un sonido que represente a todos los demás, en el sentido que englobe todos los sonidos; Redondea tus labios y emite un sonido. Será “o”. Ahora, podemos combinar estos tres sonidos que representan a todos los demás; “a” más “o” más “m” y tenemos entonces una palabra, que será “Om”, el nombre del Señor. Una vez que pronuncias “Om” has dicho todo.
Una vez que conoces el significado, “Om” se convierte en el nombre del Señor para ti. Ahora puedes invocarle y rezarle. Esto es por lo que muchas de las oraciones, recitaciones o mantras empiezan por “Om”.
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