Este lunes 20 de junio comenzó oficialmente el invierno en el Hemisferio Sur del planeta Tierra, siendo este el día más corto del año, en el cual el sol se encuentra en su punto más alto en el Hemisferio Norte y el más bajo en el sur.
Esto no es un fenómeno extraño en sí, pero sí lo es lo que viene con él esta vez. Se trata de la luna llena. Nuestro único satélite completa su sexto ciclo anual (del calendario occidental) el mismo día del Solsticio de Invierno.
Este evento ocurre una vez cada muchos años, por lo cual se dice que cada persona puede observarlo sólo “una vez en la vida”. De hecho, la última vez que esto había acontecido antes de esta noche fue hace 70 años.
La palabra solsticio significa “sol quieto” (sol + sistere: quedarse quieto, en latín), por la impresión que deja el astro rey de quedarse quieto en el cielo, justo por encima del Trópico de Cáncer (+23º 27′), mientras cambia de dirección.
Hay quienes creen que esto trae consigo la llegada de buenas energías y de ciclos que se completan. Para algunas culturas originarias, el solsticio de invierno significa el cierre de año anterior y la llegada de una nueva etapa, justamente por la conexión que este tiene con la luna y con la fase en que el satélite natural se encuentre.
Este año, el solsticio de invierno coincide con la luna llena en Capricornio y el sol entrando a la constelación de Cáncer.
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