¿Cómo es esto posible? Al llevar la atención a tu cuerpo, puedes sentir claramente las tensiones y la agitación cuando estás experimentando algo que supone un reto para tí.
A veces los músculos de tu vientre se contraen o aprietas la mandíbula, son pequeños signos que en ocasiones no somos conscientes porque no estamos viviendo el instante presente pero se producen. Puedes notar que tu respiración es superficial o incluso que estas conteniéndola. Es posible que tus pensamientos estén acelerados.
Nos identificamos con nuestro dolor, haciendo de lo que es un producto de causas y condiciones temporales algo mucho más sólido de lo que realmente es. Aunque no es tu identidad fundamental, la identificación con tu historia y tu reacción a ella se convierte en un hábito.
Entonces si nuestro cuerpo nos "habla" ante cualquier acontecimiento vivido ¿porqué no lo escuchamos?
-El despertar del cuerpo sagrado-Tenzil Rinponche-
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