En la mitología griega Átropos (en griego Ἄτροπος, ‘inexorable’ o ‘inevitable’), a veces llamada Aisa, era la mayor de las tres Moiras.
Átropos elegía el mecanismo de la muerte y terminaba con la vida de cada mortal cortando su hebra con sus «aborrecibles tijeras». Trabajaba junto con Cloto, quien hilaba la hebra, y Láquesis, quien medía su longitud. Las tres eran hijas de Zeus y Temis, diosa del orden, o de Nix, la de la noche. No está claro si Zeus era superior a las Moiras o si estaba sujeto a ellas igual que los mortales. Su equivalente en la mitología romana era Morta (‘Muerte’).
Átropos cortando la hebra de la vida.
Láquesis
En la mitología griega, Láquesis (Λάχεσις, "la que tira la suerte"; del griego λαγχάνω, obtener por suerte, o por regalo de los dioses) es la segunda de las tres moiras. Determina el futuro de las personas, pues es ella quien decide la longitud del hilo de cada una de las vidas humanas y, por tanto, la duración de la vida correspondiente a cada persona. Láquesis es representada como una matrona desenrollando una tira de papel en la que está escrito el destino de los humanos. Otras representaciones la muestran como una mujer vieja, coja y fea. En la mitología romana corresponde a Décima.
De acuerdo con la Teogonía de Hesíodo, ella y sus hermanas (Átropos y Cloto) son hijas de Nix y Erebo. Lachesis también es mencionada en el décimo libro de la República de Platón como la hija de la Necesidad.
Láquesis entre sus hermanas en El triunfo de la muerte o Las tres moiras. Tapiz flamenco.
Cloto
En la mitología griega, Cloto (en griego Κλωθώ Klōthō, de klōthein, «hilar») es la más joven de las tres Moiras, hijas de Zeus y Temis que presidían el destino del hombre, pero una de las diosas griegas más antiguas. Su posición era la primera de los Tres Destinos, pues era Cloto quien hilaba las hebras de la vida con su rueca.
Se creía que era la hija de Nix (la Noche), para indicar la oscuridad del destino humano. Su equivalente en la mitología romana era Nona.
También tomaba decisiones importantes, como cuándo nacía una persona, controlando por tanto las vidas de las personas. Este poder le permitía no sólo elegir quién nacía sino también decidir cuándo los dioses y los mortales debían salvarse o morir. Por ejemplo, cuando Pélope fue asesinado y cocido por su padre, fue Cloto quien le resucitó.
Como una de los tres hados, su contribución a la mitología fue inmensa. Cloto, junto con sus hermanas y Hermes, recibió el crédito de crear el alfabeto para su gente. Aunque Cloto y sus hermanas eran diosas reales, su representación del destino está más enfocada sobre la mitología griega. Las hebras representan la vida humana y sus decisiones representan el destino de todas las personas en la sociedad.
Cloto fue la hija de Zeus y Themis y hermana de Láquesis y Atropos. También es mencionada en el décimo libre de La República de Platón como la hija de Necesidad. En la mitología romana se creía que era la hija de Urano y Gea.
Como una de los tres Hados, Cloto asistió a Hermes en la creación del alfabeto, forzó a la diosa Afrodita a hacer el amor con otros dioses, mató al titán Tifón con fruta envenenada, persuadió a Zeus para que matara a Asclepio con un rayo y ayudó a los dioses en su guerra con los Gigantes, matando a Agrio y a Toante con mazas de bronce. Cloto también usó sus poderes para dar vida en el mito de Tántalo, el dios que mató y preparó a su hijo Pélope para una fiesta con otros dioses. Cuando los otros dioses supieron lo que Tántalo había hecho, pusieron las partes restantes de Pélope en un caldero. Cloto le devolvió la vida, con la excepción de su hombro devorado, el cual fue reemplazado por un trozo de marfil. Tántalo fue entonces lanzado al Hades por lo que le había hecho a su propio hijo.
Cloto era adorada en muchos lugares de Grecia como una de las Tres Moiras y se la asociaba a veces con las keres y las erinias. Ariadna, la diosa griega de la fertilidad, es similar a Cloto en tanto que también lleva una pelota de hilos.
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