«[...] ¿Cómo podrá contemplarse la belleza del alma buena? Una respuesta encontramos para ello: vuelve sobre ti mismo y mira, y si aún no ves la belleza en ti mismo, haz lo que hace el escultor de una estatua que debe llegar a ser bella: que toma una parte, la esculpe, la pule y la limpia de tal manera que alcanza a arrancar al mármol una forma bella. Así, tú también, quita todo lo superfluo, endereza todo lo tortuoso y limpia todo lo que está oscuro hasta hacerlo brillante, y no ceses a la vez de modelar tu propia estatua hasta que se manifieste en ti el divino resplandor de la virtud y alcances a ver la moderación sobre un trono sagrado. Si tú mismo ves que has llegado a este estado. Muéstrate animoso y confía en ti, pues a pesar de radicar en este mundo, has subido ya a lo alto y no tienes necesidad de guía que te indique el camino. Y ahora mira con toda atención, pues sólo este ojo es el que ve la gran belleza.»
Plotino
📷 Firenze (Italia)
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