También somos nuestros vacíos.
Las palabras que no dijimos.
La mano que negamos.
Las promesas que no cumplimos.
Los días borrados.
Las noches frías.
Los latidos ausentes.
Los pulsos perdidos.
Las voces que relegamos a eco.
Los ecos que fueron olvido.
Los sueños que murieron.
Los destinos a los que renunciamos.
Los pasos que no dimos.
También somos esa suma de incumplidos.
Las vidas que no vivimos.
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