“La tristeza llega sin pedir permiso, la dejo estar, la escucho, le doy su espacio, pero no le permito echar raíces. Sé que viene a recordarme algo, a mostrarme lo que duele, y cuando ha cumplido su propósito, la dejo ir. No me aferro a ella, como tampoco me aferro a la felicidad. Todo pasa, todo cambia, y yo aprendo a caminar entre lo que viene y lo que se va.”
Francisco J. Zárate
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