A Veces...

A veces estamos tan ciegos que no vemos,  

o quizás simplemente no queremos ver.  

Nos aferramos a lo que nos conviene,  

cerramos los ojos y fingimos que no duele,  

pero tarde o temprano, la verdad se impone.  

A veces hay que abrir los ojos,  

pero sin dejar que la realidad nos ciegue.  

Porque ver no es solo mirar,  

es comprender, aceptar, sentir.  

A veces es mejor darte de bruces con la realidad,  

aunque duela, aunque parta el alma en dos.  

Porque mentirnos es un arte que dominamos demasiado bien,  

y lo de poner tiritas en heridas abiertas  

solo prolonga lo inevitable.  

Hay momentos en los que lo único que vale  

es cortar por lo sano.  

Eso de poner paños calientes,  

de hacer como si nada pasara,  

ni es bueno ni es saludable.  

Porque lo que se calla, se enquista.  

Porque lo que se evita, no desaparece,  

solo se oculta hasta que un día estalla.  

A veces es mejor coger al toro por los cuernos,  

aunque te arriesgues a una cornada.  

Porque el miedo a la herida  

es peor que la herida misma.  

Porque no hay peor sufrimiento  

que aquel que nos imponemos a nosotros mismos  

por miedo a enfrentar la verdad.  

No sigas dando oportunidades  

a quien ya las desperdició todas.  

No esperes que la gente cambie,  

porque la gente solo cambia cuando le interesa.  

El que es bueno, lo será siempre.  

El que es malo… seguirá siendo un hijo de su madre.  

No te desgastes dando explicaciones  

a quien nunca quiso entenderte.  

No te eches culpas que no te corresponden.  

No insistas donde ya lo intentaste mil veces.  

No busques respuestas cuando, en el fondo, ya las sabes.  

Nos empeñamos en buscar agua en un pozo  

que hace tiempo que se secó.  

Y lo peor no es la sed,  

lo peor es seguir arrodillados  

esperando que vuelva a brotar.  

J.M. Quirós 

TrenzandoPalabras

Porque la vida sigue,  

aunque nosotros nos empeñemos en quedarnos quietos.  

Porque el tiempo no espera,  

aunque a veces intentemos detenerlo con recuerdos.  

Porque hay que aprender a soltar,  

aunque duela, aunque cueste,  

porque solo soltando podremos volver a volar.