El viejo dolor resurge, estallando desde las profundidades de nuestro inconsciente.
El status quo, nuestro antiguo sentido de "seguridad", se rompe en mil millones de piezas.
Nos sentimos desorientados, sin fundamento, dispersos, sin saber a dónde acudir.
Un viejo mundo se ha derrumbado, un nuevo mundo aún no se ha formado. ¿Nos hemos perdido el uno al otro?
Nos encontramos con el extraño espacio del Ahora, pura presencia, crudo, que nos da a luz aquí, sin protección de viejos sueños, nada a lo que aferrarnos, nada a lo que agarrarnos.
Incluso nuestros conceptos anticuados de 'Dios' se desmoronan.
Y luego, y luego, recordamos respirar, y sentimos nuestros pies en el suelo, y observamos la mente giratoria en lugar de perdernos en ella.
Nuestro mundo está fuera de control, pero tal vez nosotros no.
Sentimos lo que sentimos. Temeroso. Enojado. Entumecido. Triste. Solitario. Inseguro. Seguro. Lo que sea. Nos comprometemos a sentirlo plenamente hoy, a no disociarnos de él esta vez. Un sentimiento es solo un sentimiento, no un hecho, y la presencia puede contenerlo, y somos más fuertes de lo que sabemos.
Lloramos, lloramos, gritamos, pero estamos reparando, mi amor. Nos hemos roto para sanar, nos hemos roto para reparar, destrozados para estar completos. Las viejas energías han surgido ahora para ser bendecidas con amor, aceptación, ternura, perdón, comprensión.
No podemos volver a como eran las cosas. Debemos dejar morir la vieja 'seguridad'.
(No fue seguridad para nosotros, de todos modos).
No podemos dejar de ver lo que hemos visto. Pero podemos estar presentes el uno con el otro, hoy. Y ahora podemos dar cada paso conscientemente, no automáticamente, habitualmente, sino conscientemente, lentamente, con cuidado, escuchando y con los corazones abiertos.
Podemos enjuagar esta ruptura con conciencia. Podemos permanecer cerca en este momento de vulnerabilidad.
No podemos regresar. Pero podemos ir al presente. Podemos acercarnos a nosotros mismos.
Caminemos ahora por este camino sin caminos, juntos y solos, con coraje y una nueva convicción. Porque esta ruptura es solo una señal, una campana de atención plena, y nuestro camino de reparación es más inteligente de lo que podemos entender ahora.
Vamos a salir de esto.
Está escrito en las estrellas:
Primero está la ruptura. Y luego está la reparación.
Jeff Foster
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