El amor de Freya y Odur
"Vanadis Freya", diosa nórdica de la belleza, la sensualidad. Hija de Njörðr, Hermana de Frey, Esposa de Óðr, Madre de Hnoss, Poseedora de los caídos en combate, de Sessrúmnir, de los gatos, y del Brisingamen; Diosa de los Vanir, Dama de los Vanir, Diosa hermosa en lágrimas, Diosa del amor.
Skáldskaparmál, capítulo 2815 16
La diosa de los cabellos dorados y ojos azules, se desposó con Odur (Óðr, Od). Su nombre significa "ingenio, alma", y es un símbolo del Sol y la energía. Freya amaba mucho a Odur, tuvieron dos hijas: Hnoss y Gersemi. Ambos nombres significan "tesoro", y estas doncellas eran tan hermosas que todas las cosas bellas y preciosas son llamadas "Hnossir".
Mientras Odur permaneciera a su lado, Freya estaba sonriente y era completamente feliz. Pero Odur era de espíritu inquieto, y cansado de la vida sedentaria, abandonó un día el hogar súbitamente y se dedicó a vagar por el ancho mundo. Freya, triste y abandonada, lloró largamente, cayendo sus lágrimas sobre las duras rocas, ablandándolas. Se dice que incluso llegaron a introducirse en el mismo centro de las piedras, donde se transformaron en oro. Algunas lágrimas cayeron al mar y fueron transformadas en ámbar.
Anhelando coger a su marido en sus brazos una vez más, Freya emprendió finalmente su búsqueda, atravesando muchas tierras, donde se dio a si misma diferentes nombres: Mardöl (resplandeciente en el mar) Hörn (lino), Gefn (la generosa), Sýr,(la del cerdo) Skialf y Thrungva, (la de los brotes). interrogando a todos los que se encontraba en su paso, sobre si habían visto a su esposo, y derramando tantas lágrimas en todas partes que el oro se encuentra en todos los rincones de la Tierra.
Algunas versiones dicen que muy lejos, en el soleado sur, Freya encontró finalmente a Odur y, tras serle devuelto todo su amor, ella fue feliz de nuevo, tan radiante como lo había sido de novia. Es quizá debido a que Freya encontró a su esposo bajo un floreciente arrayán que las prometidas nórdicas, incluso hoy día, visten el mirto en vez de la convencional corona de naranjas que se da en otros climas.
Mano a mano, Odur y Freya emprendieron de nuevo el camino a casa y a la luz de su felicidad, la hierba creció verde, las flores brotaron y los pájaros cantaron, pues toda la naturaleza simpatizaba tan enérgicamente con la alegría de Freya como se afligía con ella cuando se encontraba triste.
Las más hermosas plantas y flores en el Norte eran llamadas cabellos de Freya o rocío del ojo de Freya, mientras que la mariposa era conocida como la gallina de Freya.
También se suponía que esta diosa sentía un afecto especial por los hados, a los que gustaba observar danzar a la luz de la Luna, y a los que reservaba sus más delicadas flores y su más dulce miel. Odur, el esposo de Freya, además de ser considerado como una personificación del Sol, también era considerado como un símbolo de la pasión, o de los embriagantes placeres del amor, por lo que los antiguos declaraban que no era de extrañar que su esposa no pudiera ser feliz sin él.
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