Seguro que más de una vez has experimentado emociones que no sabías cómo manejar, intensas y muy dolorosas. También es probable que te hayas visto en situaciones desconcertantes de las que solo has querido escapar. En estos momentos si hay algo que nos puede devolver el control, frente a las tentaciones e impulsos, es la gestión emocional inteligente.
Una gestión emocional que, en muchos casos, es la llave que abre las puertas del éxito, facilitando que tomemos decisiones acertadas. Así, tomar consciencia de nuestras emociones y aprender a gestionarlas nos concede una enorme ventaja adaptativa en la sociedad actual.
«Vivimos en una sociedad que no nos educa para ser personas emocionalmente inteligentes».-Daniel Goleman-
Aprender a vivir con nuestras emociones
Entender el universo emocional particular es una tarea sin límite de mejora. La realidad es que nos enfrentamos a multitud de experiencias en diferentes momentos y a las que reaccionamos de forma diferente. De esta manera, aprender a conocernos y a entender qué sentimos en cada momento puede ayudarnos a dar una respuesta adaptada.
Gestionar estados emocionales de valencia negativa no es tarea sencilla; pueden estar presentes diferentes síntomas físicos, como dolores de cabeza, sudoración, golpes de calor, dolores gastrointestinales, que dificulten la gestión emocional. En estas circunstancias destacan los pensamientos que nos atormentan, asociados a emociones como la culpa, al miedo, o la frustración.
«Como seres humanos, todos queremos ser felices y estar libres de la desgracia, todos hemos aprendido que la llave de la felicidad es la paz interna. Los mayores obstáculos para la paz interna son las emociones perturbadoras como el odio, apego, miedo y suspicacia, mientras que el amor y la compasión son las fuentes de la paz y la felicidad».-Dalai Lama-
La gestión emocional para ser resilientes
Gestionar nuestras emociones es fundamental para nuestro desarrollo y tiene una gran repercusión en nuestra autoestima y forma de relacionarnos con el entorno y con los demás.
Tanto es así que se están implementando programas de gestión emocional en los centros educativos. Estas iniciativas se basan en la idea de tomar consciencia de nuestro mundo emocional desde pequeños y construir patrones de conducta y de relaciones efectivos.
Además, cada vez son más los esfuerzos dedicados a investigar acerca de métodos que nos ayuden a la gestión emocional en nuestro día a día. Este es el caso de los programas de entrenamiento para potencias nuestra consciencia y aprender a identificar nuestras emociones de forma adecuada. Así tenemos un espacio para poder responder ante ellas y no solo reaccionar.
En esta línea se sitúan algunos programas enfocados en el entrenamiento en mindfulness, como el MBSR de Jon Kabat Zinn y el MBMB de Santiago Segovia, para adquirir consciencia plena y ser capaces de autogestionarnos. Normalmente se basan en estrategias que aumentan nuestra competencia frente a encrucijadas cotidianas, poniendo una atención especial en la resiliencia.
Hábitos para potenciar la resiliencia
Algunas estrategias útiles en el marco de la gestión emocional serían:
- Toma consciencia de quién eres, qué quieres, hacia dónde estás dando los pasos en tu vida. Esto te ayudará a conocer tus debilidades y tus fortalezas. Son estas últimas las que cobran un gran sentido pues al potenciarlas podremos obtener un mayor equilibrio ante las dificultades.
- Aprende de la experiencia. Cada vez que sufras una caída en tu camino plantéate para qué estás viviendo esas circunstancias.
- Dedícate a lo que te apasiona. Descubre cuál es tu propósito pues te dará la energía para moverte en dirección a lo que sueñas y será más fácil reponerte ante cualquier fracaso.
- Trabaja en tu resiliencia. La resiliencia se aprende conforme nos vamos enfrentando a las diferentes circunstancias que se presentan en nuestra vida. Se puede desarrollar pues se trata de un conjunto de habilidades que nos harán sobreponernos cada vez más rápido ante la adversidad.
Inteligencia emocional, la clave de la gestión emocional
La inteligencia emocional influye en nuestro futuro personal, en nuestro éxito, marcando puntos de apoyo tan importantes como las relaciones sociales. La inteligencia emocional destaca como una competencia propia de las personas con buena autogestión personal.
Las personas que cuentan con una buena inteligencia emocional están mejor adaptadas al ecosistema en el que se desenvuelven, estando a su vez mejor preparadas para los cambios y los desafíos que estos puedan suponer. Hablamos de un mayor autocontrol, pero también, por ejemplo, de una mejor gestión del miedo que puede inspirar la incertidumbre.