domingo, 27 de enero de 2019

A 40 años de su muerte Victoria Ocampo, a la vanguardia del siglo XX


De chica, le prohibían leer libros “indecentes”. Ella se convirtió en un faro de la producción intelectual, manejó autos, tuvo amores y peleó por el voto femenino.

Victoria Ocampo nació en 1890 y comenzó a escribir durante primera década del siglo XX, cuando el mundo intelectual estaba dominado por hombres. Debido a su talento y audacia, se consagró como una de las figuras más importantes de la literatura argentina. Hizo mucho por cambiar ese estado de cosas hasta su muerte, de la que este domingo 27 se cumplen 40 años.
La escritora pertenecía a una familia aristocrática. Era pariente lejana de Manuel Belgrano, Bartolomé Mitre, Prilidiano Pueyrredón y Vicente Fidel López. Y sus padres se conocieron en el funeral de Domingo F. Sarmiento.
Durante su infancia estuvo a cargo de institutrices extranjeras y solía viajar a Europa por largos períodos. A pesar de estos privilegios, sufrió el machismo en primera persona.

Cuando era adolescente, su madre le prohibió leer libros “indecentes” para una mujer (como De profundis, de Oscar Wilde) y su padre impidió que estudiara actuación.
En 1912, con 22 años, Ocampo se casó con Luis Bernardo de Estrada. Al poco tiempo descubrió que su marido tampoco apoyaba su vocación actoral. Se sintió traicionada. Luego de vivir en pisos separados, en 1922 se mudó sola. Y, contra las costumbres de la época, aprendió a manejar. Se la podía ver viajando sola por las calles de Buenos Aires, vestida con sus típicos atuendos vanguardistas.

El divorcio no era legal todavía, pero no estaba dispuesta a soportar un matrimonio sin amor. De Estrada murió en 1933. Entretanto, Victoria mantuvo una intensa relación con Julián Martínez, un primo de él.
Alentada por el novelista Waldo Frank y el filósofo José Ortega y Gasset, creó la revista Sur, que representaba la alta cultura local. Lo hizo contra la voluntad de su padre, quien temía que despilfarrara su fortuna. La emblemática publicación contó con las plumas de Oliverio Girondo, Adolfo Bioy Casares, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, Ernesto Sabato, Pablo Neruda y Silvina Ocampo, entre muchos otros.
A través de las páginas de Sur, Victoria advirtió la falta de instrucción, libertad y autorrealización que padecía la mitad de la sociedad. Y difundió la obra de la disruptiva literata inglesaVirginia Woolf, por quien profesó una inmensa admiración.
En 1936, fundó la Unión Argentina de Mujeres. Esta se oponía a un proyecto de ley que buscaba eliminar los derechos civiles conquistados por las mujeres, e incluso las obligaba a consultar a sus maridos para ejercer profesiones.
El rechazo social evitó la aprobación de la retrógrada propuesta. La UAM continuó en actividad por unos años más. Apareció por última vez en 1938, cuando presentó un proyecto por el sufragio femenino universal que ni fue tocado en la Cámara.









En su casa de Beccar, Villa Ocampo, recibió a las voces del pensamiento y el arte mundial del momento, como Rabindranath Tagore, Albert Camus, Graham Greene e Ígor Stravinsky.
Fue traductora -y así hizo llegar los nuevos aires de las ideas al país- y su escritura hizo énfasis en lo autobiográfico, con una serie llamada Testimonios y otra, Autobiografía.

Entre 1958 y 1962, Victoria presidió el Fondo Nacional de las Artes. En 1977, se convirtió en la primera mujer que ingresó a la Academia Argentina de Letras. A lo largo de 88 años, evadió todos los esquemas. Como dijo Borges, su amigo y colega: “Es imposible definirla con una sola palabra. La mejor forma de definirla es decir Victoria Ocampo”.
Fuente:https://www.clarin.com/cultura/victoria-ocampo-vanguardia-siglo-xx_0_D3UZqjPOj.html?fbclid=IwAR0wZXojYMu5Sxym8SNdCNI3f_QBuxfOY1igcyT5wS0fj1HgamJqJdPL6kk

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