miércoles, 2 de mayo de 2018
Abel Pintos - Oncemil
No me gusta herir a quien amo,
no me gusta traer el pasado,
aquí, al presente,
no me gusta sentirme ausente
cuando tú vives a mi lado.
No me gusta matar las horas,
sonreír si no soy feliz,
convertirme tan sólo
en un fantasma amante de todos,
vendiéndole el alma al diablo.
No me gusta vivir así, así...
Así, como si no doliera,
así, como si no estuviera
ahogándome en palabras mudas,
con las manos duras de arañar la arena.
Partido en once mil pedazos,
callándole la voz del alma a los dos,
asumiéndome un caso perdido.
No me gusta herir a quien amo,
no me gusta traer el pasado,
aquí, al presente,
no me gusta sentirme ausente
cuando tú vives a mi lado.
No me gusta matar las horas,
sonreír si no soy feliz,
convertirme tan sólo
en un fantasma amante de todos,
vendiéndole el alma al diablo.
No me gusta vivir así.
Así, como si no doliera,
así, como si no estuviera
ahogándome en palabras mudas,
con las manos duras de arañar la arena.
Partido en once mil pedazos,
callándole la voz del alma a los dos,
asumiéndome un caso perdido.
La suma de las dos mitades,
la lágrima alimenta al río,
la cura de las vanidades,
la luz abriéndose camino
para dar olvido a las soledades.
Así, como si no doliera,
así, como si no estuviera
partido en once mil pedazos,
callándole la voz del alma a los dos,
asumiéndome un caso perdido.
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