lunes, 9 de octubre de 2017

El fantasma de Xul Solar vuelve a agitar las aguas del Delta con la restauración de su casa-taller

Se puso en valor Li-Tao, el atelier de Tigre donde vivió el artista en los últimos años de su vida; nuevo museo en intimidad con la naturaleza
El pintor aplicó una paleta de colores vibrantes a paredes y ventanas Crédito: Alejandro Guyot

una hora de viaje en auto desde la ciudad de Buenos Aires, se esconde la casa-taller donde Xul Solar (Oscar Agustín Alejandro Schulz Solari, 1887-1963) vivió y creó los últimos años de su vida. ¿Pero existe algo así como el final de la vida de un artista? Él viajaba en tren desde Retiro hasta Tigre; en el puerto se tomaba una lancha colectiva que lo dejaba en un muelle sobre el río Luján, en la confluencia con el canal Villanueva. De ahí, caminaba no más de trescientos metros por un sendero de tierra rodeado de helechos y lirios de los pobres hasta la modesta casa que, en 1954, había comprado con su mujer, Micaela Cadenas. Desde ayer, Li-Tao es un nuevo museo de arte de Tigre.
Creador de lenguajes visuales y poéticos, Xul no pudo sino bautizar la casa que construyó. La llamó "Li-Tao". La primera sílaba alude al sobrenombre de su mujer (Lita) y "Tao", al camino espiritual que guió la existencia del artista. El proyecto de Xul en Tigre era crear una vida comunitaria en donde la naturaleza, como no podía ser de otro modo, cumpliera un papel protagónico. Allí, el inventor de la "panlengua" y el "neocriollo" trabajó en simultáneo en varias series de pinturas, recicló materiales que le proveían el río y el monte, aplicó una paleta de colores vibrantes a paredes, ventanas y tranqueras, desbrozó parte del terreno y plantó casuarinas, robles del pantano, ciruelos y, frente a las ventanas que dan al este, un rosal.
Presente en la inauguración de Li-Tao, que se realizó ayer a la tarde, una de las directoras del Museo Xul Solar contó a LA NACION que, de a poco, Xul había mudado su biblioteca de la casa porteña a la de Tigre. "Consultaba muchos diccionarios", dice Teresa Tedin Uriburu. En los años de producción en ese rincón escondido de Villa La Ñata, en el corazón de un humedal, Xul concibió obras donde se entrecruzaban mensajes cifrados, figuras geométricas, arquitecturas imposibles, escaleras y puentes. Una cosmogonía acuática se superponía a otra aérea.
Se puede decir que ayer estuvieron todos "los ángeles de Xul" en la casa-taller recuperada para el patrimonio cultural de los argentinos. Elena y Mariana Povarché, de la galería Rubbers; Martha Capriotti, responsable de la casa de Xul Solar; Verónica Tejeiro, del Museo de Arte Tigre (MAT), y las autoridades del municipio, que apostaron a una idea que tuvo, diez años atrás, Diana Saiegh.

Xul recicló materiales que provenían del río Crédito: Alejandro Guyot

En un acto público, Saiegh le había hecho prometer al entonces intendente de Tigre Sergio Massa que recuperaría la casa del artista. El proyecto se pudo concretar este año, durante la gestión de Julio Zamora. Ayer a la tarde, de cara al centro de interpretación que se construyó en el frente del predio de la casa, Zamora agradeció la tarea de esas mujeres y la de María José Herrera, directora del MAT. Ella y Tejeiro prepararon los textos de los paneles situados en el camino de entrada a Li-Tao.

Archipiélago de espacios culturales

"La casa-taller es lo que podríamos llamar un ejemplo de arquitectura popular vernácula -destaca Herrera-. Da lecciones de austeridad y de adaptación al medio. No obstante, su máximo valor es la invención: los recursos que Xul imaginó para concretar su Pan Klub en el Delta." Habitada y concebida por un artista, la casa se convierte en una obra más: ventanas hechas con palos de escoba y cucharas de madera, cómodas transformadas en alacenas, códigos alfabéticos trazados en puertas y, un elemento recurrente en las pinturas, una escalera al aire libre que comunica con el cielo abierto.
Julián Kopecek, subsecretario de Cultura del municipio, adelantó a LA NACION que durante 2018 se concluirá la segunda etapa que pone en valor el hábitat consagrado por Xul Solar. Mejorarán el sendero hasta el río Luján y se reconstruirá el muelle de madera, donde Xul llevaba a las visitas a desayunar o a ver caer la tarde.
De ese modo, como hacía el artista en los años cincuenta del siglo pasado, se podrá llegar por agua a Li-Tao y la casa-taller integrará un archipiélago de espacios culturales públicos junto con el Museo de Arte Tigre, el Museo de la Reconquista, el Museo Haroldo Conti, la Casa Museo Sarmiento y la Casa de las Culturas.

Claves con vista al río

¿Dónde queda?
Chacabuco y Los Ciruelos, Villa La Ñata, Tigre
¿Cuándo se la puede visitar?
Viernes, sábados y domingos a partir del 14 de octubre. Para conocer el interior de la casa, se debe programar una visita al Museo Xul Solar ( info@xulsolar.org.ar ). Sin embargo, se puede visitar el jardín, el centro de interpretación y el paseo con los paneles sobre la casa-taller y la obra del artista.
Advertencia
En Li-Tao no hay obras de Xul Solar. Éstas se encuentran en la sede del Museo Xul Solar (Laprida 1212).
Por: Daniel Gigena

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