Decidió que ya era hora de vivir en paz
Tiró por la ventana las palabras que dañaban su corazón
Abrió la puerta de par en par dejando ir al miedo
Cortó los barrotes de una cárcel que construyó Durante años
No pudo soportar el engaño de su realidad gris
No encontró a quien culpar de sus actos
Se vio en un reflejo que no supo identificar
Nada era amable a sus ojos
Su mundo tenía gastados los colores del arco iris
Los sentimientos jugaban a no satisfacer
Decidió cambiar las vidas por su vida
Dejó callada la agonía de un tiempo sin caricias nuevas
Quiso escapar de una ciudad que se vestía de rabia
Escogió sus mejores lágrimas para llorarle al pasado
Empezó a sentir que quizás ya no valía la pena sufrir
Reconoció a los amigos de la tristeza continua
Cubrió de sonrisas las penas que traen los hirientes
Decidió andar por el camino que construyó su deseo
Decidió ser feliz y olvidar que, en nosotros viven paz y guerra.
Tiró por la ventana las palabras que dañaban su corazón
Abrió la puerta de par en par dejando ir al miedo
Cortó los barrotes de una cárcel que construyó Durante años
No pudo soportar el engaño de su realidad gris
No encontró a quien culpar de sus actos
Se vio en un reflejo que no supo identificar
Nada era amable a sus ojos
Su mundo tenía gastados los colores del arco iris
Los sentimientos jugaban a no satisfacer
Decidió cambiar las vidas por su vida
Dejó callada la agonía de un tiempo sin caricias nuevas
Quiso escapar de una ciudad que se vestía de rabia
Escogió sus mejores lágrimas para llorarle al pasado
Empezó a sentir que quizás ya no valía la pena sufrir
Reconoció a los amigos de la tristeza continua
Cubrió de sonrisas las penas que traen los hirientes
Decidió andar por el camino que construyó su deseo
Decidió ser feliz y olvidar que, en nosotros viven paz y guerra.
Miguel Angel Sánchez.
Las historias olvidadas
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