Aletargados en perpetua siesta después de inconfesables andanzas nocturnas, desentendidos o alertas, los gatos están en la casa para ser consentidos, para dejarse amar indiferentes. Dios hizo los gatos para que hombres y mujeres aprendan a estar solos. Darío Jaramillo Escritor y poeta colombiano
No hay comentarios:
Publicar un comentario