Han recorrido los caminos espirituales, amigos, han leído todos los libros sobre cómo crear un mejor 'yo,' han visto todos los vídeos, han asistido a todos los seminarios, han pasado por los complejos procesos y prácticas espirituales que prometían demasiado, han repetido todos los mantras y afirmaciones positivas, se han sentado a los pies de los gurús y sabios, han abierto cada chakra, han tomado todas las pastillas, han experimentado cada 'alta,' tratado de ser perfectos y 'altamente evolucionados espiritualmente,' han experimentado cada experiencia que se tuvo que experimentar, han ido a estados cada vez más altos, trascendido todo lo que hubo que trascender, han aprendido sobre la otra vida, el karma y la reencarnación.
Hicieron todo lo que tenían que hacer. Todo lo hicieron 'bien.' Fueron 'buenos estudiantes.' Siguieron todas las reglas, y muchas otras cosas.
Entonces, ¿por qué a veces se sienten incompletos, confundidos, tan lejos de la satisfacción que se prometió? ¿Por qué a menudo se sienten tan desilusionados con las promesas de los demás, quizás más que nunca?
Tal vez porque incluso la mente más brillante jamás podría entender los verdaderos anhelos del corazón. Quizás siempre estuvieron persiguiendo experiencias, viviendo en la esperanza, pero nunca realmente se contactaron con la vida. Quizás ahora estén completamente hartos de las verdades de segunda mano, sintiendo náuseas por las respuestas de otras personas, y anhelan lo real, una profunda confianza en ustedes mismos.
Tal vez todo tenía que fallar, todos sus sueños tenían que convertirse en polvo... para hacer una pausa, para respirar, enfocarse y recordar lo que es esencial y siempre presente.
A veces necesitamos caer de rodillas antes de hacernos presentes para nuestras rodillas, y recordar el suelo sobre el cual nos arrodillamos.
A veces necesitamos desmoronarnos con el fin de recordar eso que es real.
(Imagen: doves_by_hengki24-d31ut0m)
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