Desde el Antiguo Egipto pasando por diferentes culturas, religiones y tradiciones de todo tipo, nos llega la tradición de los aromas de incienso. Llegó a ser un material más preciado que cualquier esencia o metal, incluso más preciado que el oro, pero ¿qué es realmente el incienso? ¿de dónde proviene su tradición espiritual?
El incienso es una mezcla de resinas, maderas, hojas, raíces, aceites esenciales o gomas vegetales, que se mezclan y secan formando varillas que al ser quemadas desprenderán un humo muy aromático.
Dependiendo de cada cultura y religión, el incienso era elaborado a partir de la resina de árboles y esencias distintas, además, la mezcla era seleccionada según el uso espiritual que se le iba a otorgar, así por ejemplo el sándalo otorgaba poderes para aumentar la espiritualidad, la sanación y la purificación del ambiente, el romero para atraer el amor y ahuyentar malos espíritus o la lavanda para conseguir una mayor relajación.
Las primeras apariciones del incienso datan de más de 5.000 años antes de Cristo, cuando ya se quemaban diferentes mezclas de resinas, esencias y plantas para enmascarar el olor de la carne durante las matanzas y para eliminar el mal olor de las pieles animales. Después la gran civilización egipcia elaboraba diferentes inciensos para rituales religiosos, embalsamamientos, rituales amorosos y sexuales, para purificar templos, conseguir la paz del espíritu o curar enfermedades. Elaboraron múltiples recetas muchas de ellas solo conocidas por los sacerdotes sagrados, que pasaron de generación en generación convirtiéndose así el pueblo egipcio en el pueblo maestro del aroma y el incienso por aquel entonces.
En la Biblia existen varias referencias al uso del incienso con finalidades paganas, como aliviar la sensación del calor o el mal olor, acompañar sacrificios rituales o ahuyentar los malos espíritus, así en la Biblia se menciona como Moisés construyó un altar de especias e incienso por mandato de Dios, o relata cuando los Magos de oriente, reyes paganos, ofrendaron al recién nacido Jesús los productos más preciados entonces, oro, incienso y mirra.
Los aztecas también dominaban el arte de la elaboración del incienso, ya que para ellos su aroma tenía una gran labor espiritual, podía acompañar las almas de los muertos en su viaje, purificar los ambientes de malos espíritus y proveer las mentes con capacidades psíquicas extraordinarias.
El incienso común, se puede elaborar mezclando las resinas, gomas, cortezas o esencias junto con cáscara de coco molido o cera de abejas, de esta manera se consigue que la mezcla se queme lentamente y así las esencias se evaporen liberando su aroma en el humo, evitando así una combustión rápida. Las maderas y cortezas más utilizadas para el incienso son las de cedro, sándalo o ciprés, las semillas o frutas de nuez, anís o vainilla; las resinas más utilizadas son benjuí, mirra, bálsamo de tolu, elemí o storax; las hojas de pachuli o té; las raíces de vetiver o las flores de lavanda o clavo.
Tanto en la India como en otros países asiáticos, tradicionalmente el incienso tiene un importante papel espiritual. Tanto en el hinduismo como en el budismo, el uso del incienso es común y popular para conseguir tanto la liberación y ascensión del alma como para purificar y sanar el cuerpo.
Según el budismo el incienso también tiene el poder de equilibrar nuestra energía (chi) y purificar la energía del ambiente, por eso, los monjes y artesanos budistas elaboran el incienso con sus propias manos cargándolo además de energía favorable que será liberada al quemar, lo que hace del incienso un apoyo importante para conseguir una buena meditación y un espacio cargado de energía favorable.
Por eso, a pesar de que hoy por hoy existen varias formas de elaborar el incienso, el incienso más preciado es el elaborado a mano, este incienso es el procedente de Nepal y Tibet. Tiene un color madera, marrón, rojizo (no negro), está elaborado exclusivamente a base de mezclas de diferentes maderas y hierbas medicinales del Himalaya y su formato suele ser en forma de cono o vara, no suelen llevar tira de bambú central (el resto de inciensos se elaboran sobre un palito de bambú central que sirve de soporte final), y su aroma, muy característico, puede perdurar en el ambiente durante días, siendo así mucho más duradero que el resto de los inciensos comunes.
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