jueves, 11 de diciembre de 2025

Un hombre que cultiva su jardín en paz, como quería Voltaire.
Aquel que se emociona porque existe la música en la tierra.
Aquel que se maravilla al descubrir el origen secreto de una palabra.
Dos empleados que, en silencio, se enfrentan en una partida de ajedrez en un café del Sur.
El ceramista que sueña, con paciencia, un color y una forma antes de crearlos.
El tipógrafo que alinea con esmero esta página, aunque nunca la lea con placer.
Un hombre y una mujer que leen juntos los tercetos finales de un canto olvidado.
Aquel que acaricia a un animal dormido, sin prisa.
Aquel que intenta comprender —o al menos perdonar— el mal que ha sufrido.
Aquel que agradece, en silencio, que en este mundo exista Stevenson.
Aquel que prefiere dar la razón a otros antes que tenerla él solo.

Estas personas, anónimas entre sí,
están, sin saberlo, salvando el mundo.

Jorge Luis Borges | El justo

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