La vida está hecha de días que no significan nada y de momentos que significan todo".
viernes, 31 de octubre de 2025
jueves, 30 de octubre de 2025
miércoles, 29 de octubre de 2025
martes, 28 de octubre de 2025
lunes, 27 de octubre de 2025
«Sé humilde, sé simple.
Inclínate ante la grandeza de una flor, de una nube, de un insecto.
No seas nada. No seas nadie. Sé literalmente una nada.
Y cuando estés completamente vacío, el recipiente se puede llenar de todo lo que realmente eres.
¿Quién puede herir a un ego que ya está vacío?» 
Nikos Kazantzakis
domingo, 26 de octubre de 2025
Relato Corto: “Un país sin fronteras llamado nosotros”
Lucas y Clara se volvieron a encontrar en una vieja estación de tren,
una de esas que el tiempo ya había olvidado,
donde los rieles se oxidaron
dibujando caminos que nunca llegaron a destino.
Diez años habían pasado
desde que la distancia los convirtió en fantasmas.
Y sin embargo, bastó una mirada entre maletas y relojes detenidos
para reconocer que el amor no se había ido… solo había aprendido a esperar.
—No tenemos un lugar —dijo él,
mirando las paredes descascaradas.
Ella tomó su mano, la puso sobre su pecho y le susurró:
—Aquí caben todos los lugares que fuimos.
Y así fue.
Cada beso que se robaron esa tarde en la estación vacía
dibujó una coordenada nueva:
el banco del parque donde se juraron tormentas,
la cocina estrecha donde quemaron la cena
y se rieron hasta doler,
las cartas que nunca enviaron,
guardadas como capitales secretas de un mapa que solo ellos sabían leer.
El polvo flotando bajo la luz
parecía una constelación de todo lo que no se dijeron.
Cuando el guardavía entró y los vio abrazados,
solo murmuró:
—Aquí no hay nada.
Ellos sonrieron.
Porque sabían que el amor no es el lugar…
es la brújula.
La que te mantiene a flote
aunque todo lo demás se hunda.
Y ahora, cuando alguien les pregunta dónde viven,
solo señalan el aire entre sus cuerpos:
un país sin fronteras,
donde cada latido es camino
y cada recuerdo, horizonte.
Porque algunos amores no ocupan espacio.
Son el espacio.
Y sí…
quizás el amor sea el único territorio
que nos contiene sin pedir permiso.
¿Puede un recuerdo seguir siendo hogar e influir en nosotros?
©Jose Luis Vaquero, 
Sal fuera de ti
Soltar a un hijo es uno de los actos más dolorosos y valientes del amor.
Nadie te prepara para ver a quien amas perderse en sus propias decisiones, ni para sostener la calma cuando quisieras gritar “hazme caso, te estoy salvando”.
Pero no puedes vivir su vida por él, ni sanar por él, ni pensar por él.
Puedes amar, orientar, acompañar… pero llega un punto en el que su historia ya no cabe dentro de tus manos.
Entonces respiras, lloras, y eliges confiar.
Confías en su camino, en su fuerza, en lo que le sembraste sin darte cuenta: el ejemplo, la ternura, la ética, la vida.
Confías aunque el miedo no te deje dormir, porque sabes que el amor no se mide por cuánto controlas, sino por cuánto respetas la libertad del otro.
Y un día, sin aviso, ese hijo que tanto te dolió soltar, vuelve distinto: más sabio, más consciente, más humano.
Y entiendes que el dolor de haberlo soltado fue el precio justo por verlo crecer.
Psicóloga María Dolores 
Creo en el mundo como en una margarita porque lo veo. Mas no lo pienso, porque pensar es no entender...
El Mundo no se hizo para pensar en él(pensar es estar enfermo de los ojos) sino para al mirarlo estar de acuerdo...
No tengo filosofía: tengo sentidos...
Si hablo de la Naturaleza no es porque sepa qué es sino porque la amo,y la amo por eso, porque quien ama nunca sabe lo que ama, ni sabe por qué ama, y qué es amar...
Amar es la eterna inocencia, y la única inocencia, no pensar.
Fernando Pessoa
Según cuentan los memoriosos, en otros tiempos el sol fue el dueño de la música, hasta que el viento se la robó.
  Desde entonces, para consolar al sol, los pájaros le ofrecen conciertos al principio y al fin de cada día.
  Pero los alados cantores no pueden competir con los rugidos y los chillidos de los motores que gobiernan las grandes ciudades. Ya poco o nada se escucha el canto de los pájaros. En vano se rompen el pecho queriendo hacerse oír, y el esfuerzo por sonar cada vez más alto arruina sus trinos.
  Y ya las hembras no reconocen a sus machos. Ellos las llaman, virtuosos tenores, irresistibles barítonos, pero en el barullo urbano no se distingue quién es quién, y ellas terminan aceptando el abrigo de alas extrañas.
Eduardo Galeano,
Los hijos de los dias
Una maravilla al día basta. 
No se necesitan viajes inmensos, no se necesita el Himalaya ni cien años de soledad. 
Basta con reconocer una belleza, una pequeña belleza, cada día; guardarla en nuestro interior, convertirla en un recuerdo del corazón, protegerla de las lluvias torrenciales, sacarla al exterior, exponerla al sol y presentarla a la familia. 
Una maravilla al día basta. 
Leer unas páginas de una novela, invitar a un amigo a reír al aire libre, volver a pasear por el mar, mantener vivo el cine, invitar a alguien en quien piensas a una exposición, preparar un postre, no perder de vista el cielo. 
Una maravilla al día basta. 
No se necesita tanto para obrar milagros.
Gio Evan
Imagen:  Marta Bevacqua
"No obedecen al amo
los gatos
pero saben
que los dioses son ángeles
caídos. 
No babean por huesos
los gatos
pero suelen
abrigarle el silencio
a las viudas
y estirarse en la alfombra
y bostezar
como si hubieran heredado
el sol
y dormir y dormir
arzobispales
y cazar una mosca
haciendo ochos. 
Adoran los cojines
los gatos,
se ovillan en rincones
inauditos,
alacenas, rendijas,
claroscuros
ignotos donde cabe
un alfiler,
recelosos y altivos
sin carné,
baberos de bebés
sin cochecito,
cunitas para huérfanos
de todo. 
Secretos micifuces
imprevistos,
qué goce contemplaros
a la hora de la siesta,
suspendiendo las mates
y aprendiendo
la impúdica lección
de la vida privada
de los gatos". 
Sabina y Elvis
SÁBADOS 
Afuera hay un ocaso, alhaja oscura
engastada en el tiempo,
y una honda ciudad ciega
de hombres que no te vieron.
La tarde calla o canta.
Alguien descrucifica los anhelos
clavados en el piano.
Siempre, la multitud de tu hermosura.
A despecho de tu desamor
tu hermosura
prodiga su milagro por el tiempo.
Esta en ti la ventura
como la primavera en la hoja nueva.
Ya casi no soy nadie,
soy tan solo ese anhelo
que se pierde en la tarde.
En ti esta la delicia
como esta la crueldad en las espadas.
Agravando la reja esta la noche.
En la sala severa
se buscan como ciegos nuestras dos soledades.
Sobrevive a la tarde
la blancura gloriosa de tu carne.
En nuestro amor hay una pena
que se parece al alma.
Tú
que ayer solo eras toda hermosura
eres tambien todo amor, ahora.
 Jorge Luis Borges
"El que es capaz de amar es feliz. Todo movimiento de nuestra alma en el que ésta se sienta a sí misma y sienta la vida, es amor. Por tanto es dichoso aquel que ama mucho. Sin embargo, amar y desear no es exactamente lo mismo. El amor es deseo hecho sabiduría; el amor no quiere poseer, sólo quiere amar. Por eso también era feliz el filósofo que mecía en una red de pensamientos su amor al mundo y que lo envolvía una y otra vez con su red amorosa. Pero yo no era filósofo".
Obstinación,
Hermann Hesse
Dile que no me tema, amor
Dile que no me tema, amor, y dile
que estoy a su lado como el aire,
como un cristal de niebla o como el viento
que se aquieta la tarde.
Dile que no me huya, amor, y dile
que no me vuelva a herir, que no me aparte,
que soy el brillo húmedo en sus ojos
y el latido en su sangre.
Dile que no me aleje, amor, y dile
que yo soy el umbral de su morada,
el agua de su sed
y aquel único pan para su hambre,
Dile que no se oculte, amor, y dile
que ya no tengo rostro ni señales
de haber vivido antes de quererme.
De haber vivido, antes.
Dile que no recuerde y dile
que no respire, amor, sin respirarme.
— Julia Prilutzky
📷 Frances Mortimer
“Soltar no siempre es perder...”
No todo lo que termina está destinado a perderse.
A veces, soltar no es rendirse,
sino una forma distinta de seguir amando.
Hay finales que duelen, sí…
pero también abren espacio para que algo más respire.
Dejar ir no borra lo vivido,
solo cambia el lugar donde lo guardas.
Lo que fue amor no se pierde:
se convierte en lección, en recuerdo,
en semilla de lo que serás después.
Quizás nada se pierde del todo.
Solo se transforma,
solo encuentra otra forma de quedarse.
Y cuando por fin abres las manos
y ves volar lo que alguna vez intentaste retener,
descubres que la libertad también puede ser amor.
Porque hay cosas que, aun yéndose,
siguen perteneciendo a ti de la mejor manera posible:
sin peso.
Sin dolor.
Solo con gratitud.
©Jose Luis Vaquero
Mezquita Azul (Mazar-e Sarif)
La mezquita Azul, también conocida como el santuario de Hazrat Ali, es una mezquita ubicada en el centro de Mazar-i-Sharif, en la provincia norteña de Balj en Afganistán.
El sultán de la dinastía selyúcida, Ahmad Sanjar, construyó el primer santuario conocido en este lugar. Fue destruida o tapado debajo de un terraplén de tierra durante la invasión de Gengis Kan por alrededor de 1220. En el siglo xv, el sultán timurí Husayn Bayqara construyó aquí la actual Mezquita Azul. Es, con mucho, el monumento más importante de Mazar-i-Sharif y se cree que el nombre de la ciudad (Santuario Noble, Tumba de Alí Sharif) se origina en este santuario.
sábado, 25 de octubre de 2025
Tal vez. Pero por lo menos durante un instante de tregua ya no tuvo más miedo. Sólo que sintió aquella soledad inesperada. La soledad de una persona que en vez de ser creada, crea. Allí en pie en la oscuridad, sucumbiendo. La soledad del hombre completo. La soledad de la gran posibilidad de elección. La soledad de tener que fabricar sus propios instrumentos. La soledad de haber ya escogido. Y de haber escogido lo irreparable.
Clarice Lispector
"No fue un psicólogo.
No fue una pastilla.
No fue una charla ni una escapada al mar.
Fue un perro.
Uno que nadie quiso.
Uno que llevaba el frío metido en los huesos,
y la soledad clavada en la piel.
Llegó sin pedir permiso, con hambre en el estómago y un mundo entero en la mirada.
No hablaba, pero me dijo todo.
No lloraba, pero sangraba en silencio.
No pedía amor, pero lo regalaba como si le sobrara.
Y fue ahí, justo ahí, cuando lo abracé por primera vez,que lo supe…
No lo rescaté yo.
Él vino a rescatarme a mí.
A enseñarme que el alma no respira con aire,
respira con bondad.
Que los abrazos más sinceros tienen pulgas,
y que los milagros no caen del cielo, caminan con cuatro patas… y duerme al lado de tu cama.
Él, el callejero, el que todos ignoraron,
me devolvió la vida.
Y desde entonces lo sé:
cuando sientas que te ahogas, que no puedes más, que el mundo se te cierra…
sal a la calle, busca a uno como él.
Abrázalo.
Y vuelve a respirar.
Porque hay peluditos que no vienen a llenar un hogar.
Vienen a salvar un alma.
Rescata.
Ama a todas las mascotas.
Michaela Corbo
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