lunes, 21 de julio de 2025

Nuestros cuerpos cambian con la edad. Claro que sí. Ésta es la primera idea que debemos asimilar. Cambian, van adquiriendo formas, texturas y posturas que nos son las de antes. No mejores, no peores, diferentes, propias de un cuerpo maduro. No quiero decir con eso que no pase nada. Claro que pasa, pero se trata de saber hacer los reacomodos necesarios para que esos largos años que nos quedan a partir de la mediana edad no se conviertan en un calvario físico y psicológico, en una tortura emocional y de significado que nos amarguen los años conquistados. Hay pérdidas, cierto, pero no se trata de algo terrible, es sólo el curso de la vida. Sólo somos diferentes.

Anna Freixas 
Arte: Dee Nickerson

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