No somos lo que acumulamos, sino lo que dejamos en los demás.
Cada gesto, cada palabra, cada acto de entrega se vuelve parte del mundo… incluso cuando ya no estamos.
Como decía Fiódor Dostoyevski en “Los hermanos Karamazov”:
“Cada uno es responsable de todos ante todos.”
Una frase que nos recuerda que nuestras acciones no mueren; se transforman en la vida de otros. Somos eternos en lo que fuimos capaces de dar.
Hoy, más que nunca, elijo dejar huellas que no se borren.
Marguerite Yourcenar
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