Cronopio y flor
Los Cronopios necesitan caricias, besos y abrazos. Como son tan olvidadizos, necesitan que se les recuerde constantemente que son amados, que se lo digan, que se lo demuestren. El amor sin cariño y afecto no tiene sentido para los Cronopios, son unos consentidos por naturaleza; pero también les encanta consentir, acariciar, demostrarle al otro con palabras, miradas, caricias y actos, cuánto lo ama y cuánto importa para él.
El Cronopio no se enamora de profesiones, de éxitos, de quehaceres, de la inteligencia o del atractivo físico, se enamora porque sí, sin razón, no hay más motivo o excusa que el amor, que los sentimientos y sensaciones que esa otra alma le despierta. Más bien, al Cronopio, lo deslumbran las almas. No lo enamora la inteligencia, pero sí alguien que piense y lo haga pensar.
Lo enamoran las buenas conversaciones porque, el Cronopio, cree firmemente que con las palabras y también con lo que no se dice, se entregan pedacitos del alma.
Julio Cortázar
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