Yo igual que tú, también lloré y maldije, caí y me levanté, confié y me fallaron.”
Me alejé y nadie me buscó.
Yo igual que tú, dejé de creer en las personas, en el amor y las promesas.
Dejé de soñar y se me apagó la sonrisa.
Yo igual que tú,
he sentido la soledad a flor de piel y el frío vacío por dentro que eriza el alma.
Tú igual que yo, también puedes perdonar y volver a volar en otros horizontes, en otros cielos.
Florecer en la próxima primavera, con otro color y en otro jardín.”
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