Pink Floyd - The Wall: reflejo de nuestra humanidad
¿Qué es The Wall? Es un universo que trasciende el tiempo y la historia. Un relato de nuestra propia humanidad.
Todo empezó con un álbum. Pertenece a la banda británica Pink Floyd y es titulado “The Wall”. Fue uno de los discos más vendidos en la historia del rock, pero Roger Waters -la mente detrás de este proyecto- tenía mucho más en mente que hacer un best-selling álbum. De hecho, Waters se convirtió en el brillante arquitecto de toda una realidad, de un mundo, de un universo. Para darle vida a este universo, Waters dio a luz a tres hijos:
El primero, de la mano con Pink Floyd, fue el álbum lanzado en 1979, “The Wall”; el segundo, nacido en 1982, fue la película “Pink Floyd – The Wall”, dirigida por Alan Parker; y el tercero fue “Roger Waters: The Wall”, en el 2014. Este último es una película documental que muestra la puesta en escena del live tour de Waters.
La narración de la película de 1982 se guía por las pistas del álbum, éstas son la banda sonora de la cinta, donde prácticamente no hay diálogos. Por eso, la línea narrativa es dada por la letra de las canciones, que cuentan la historia de Pink: un artista que sufre de múltiples desventuras a lo largo de su vida y que por eso decide levantar un muro psicológico para alejarse de las personas, aislarse completamente del mundo y así dejar de sufrir, y en definitiva, dejar de sentir. Este muro psicológico también se convierte en uno real y físico, cuando en la película Pink se encierra en la habitación de un hotel.
Violencia, violencia, violencia. Éste es, a mi parecer, el tema predominante de la cinta. Junto con la música, ésta es hilo conductor de la película. La violencia materializada de diferentes maneras como la guerra (sobresale la canción Goodbye Blue Sky), la educación (suena Another Brick in The Wall pt.2, que en la película evidencia la crueldad del sistema educativo), la traición (sobresale la canción Don’t Leave Me Now, por el engaño de la esposa de Pink), e incluso la violencia de Pink contra sí mismo (la canción Is there Anybody Out There?, que en la película muestra cómo Pink se hace daño con una cuchilla). Una violencia tan implacable y que causa tanto miedo, que le lleva a Pink a levantar su muro. “El miedo levanta muros”, se alcanza a leer en el escenario de Roger Waters en sus conciertos.
Pero la violencia más importante, el detonante de todo el argumento es aquella violencia que es la más irreversible: la muerte. A Pink, al igual que a Roger Waters, la guerra le arrebató la vida de su padre. En una entrevista con El País en el 2014, Rogers comenta: “yo era un niño muy pequeño cuando él murió. Pero yo le admiraba y le respetaba gracias a las historias y leyendas que mi madre me contaba sobre él. Comprobé lo importante que era y es para mí”. Considero que es a partir de este acontecimiento, que Waters empieza a crear el mundo de The Wall.
Un mundo que termina siendo su propio mundo. Su vida hecha poesía. Paradójico, teniendo en cuenta la escena de la película en la que un profesor se burla y lo regaña por escribir un poema. Pero así fue. Waters hizo de su propia vida una poema, una canción, una película, un arte. Sin embargo, no es una obra egocéntrica, ni egoísta. Por el contrario, a la vez que es un reflejo de su vida, Waters también presenta el reflejo de su tiempo. Un tiempo marcado por la guerra, el miedo y la violencia. (Cabe anotar que en la película hay una constante referencia al Nazismo).
Aunque se podría llegar a pensar que Waters cuenta la misma historia en el álbum, la película y el concierto; en realidad estos proyectos son piezas clave para la elaboración del universo. De alguna manera, tras escuchar el disco y ver la película no es suficiente. Hace falta el concierto para vivir, para entender y para sentir el mensaje de Waters. Juntos, los tres formatos completan una experiencia espiritual, un mundo nuevo regido por una filosofía existencialista. Son un modo de ver la vida y la humanidad, de reflexionar sobre nuestra propia existencia. Sarte escribió: “El hombre no está encerrado en sí mismo sino presente siempre en un universo humano”.
De hecho, se puede evidenciar que la filosofía existencialista y atea de Sartre influyó en la creación de este universo. Por ejemplo, Sartre publicó un libro titulado “El muro” en 1939, una serie de cuentos que giraban alrededor de la existencia humana y que estaban permeados por la violencia, a causa de la guerra civil española. Además, en en el concierto Waters proyecta un avión que lanza “bombas” con la forma de los símbolos de las más grandes religiones del mundo, reafirmando la posición atea de Sartre.
Considero entonces que Waters no es repetitivo al contar “la misma historia” en diferentes formatos, sino que éstos enriquecen el universo, el mundo de Pink, el mundo de Waters y, en definitiva, el mundo de todos nosotros. Waters y Pink cantan: “Does anybody else here feel the way I do?”/ “¿Alguien más aquí se siente como yo?”. La respuesta es contundente y afirmativa. Por supuesto que todos nos hemos sentido así alguna vez: solos, con miedo, con inseguridades y tristezas. Queriendo escapar de nuestra realidad y del dolor. Es parte de nuestra condición humana y por eso The Wall es un universo que trasciende el tiempo y la historia, siendo un relato de nuestra propia humanidad. Y es que, como lo había afirmado Sartre, el existencialismo es un humanismo.
https://medium.com/@nataliagomezpatino/the-wall-reflejo-de-nuestra-humanidad-bf636212637f
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