viernes, 26 de abril de 2019

La Rive Gauche

Pasar un fin de semana bohemio en París es un sueño de muchos. Los gitanos que emigraban de Bohemia, ciudad de la República Checa, llevaron con ellos a Francia la vida bohemia. Su modo de vida era despreocupado y se dedicaban a disfrutar de los placeres mundanos.
Esta forma de vida inspiró todo un movimiento cultural en París, iniciando una revolución romántica localizada sobretodo en el barrio de Montmartre, pero también en la margen izquierda del Sena, conocida como la Rive Gauche.


La margen izquierda de París tiene la mayor atracción de la capital francesa: la Torre Eiffel, pero hay mucho más en la llamada La Rive Gauche, llena de romanticismo e historia.
La Rive Gauche sigue siendo sinónimo de un período de principios del siglo XX cuando escritores, pintores, poetas y otros artistas de renombre mundial estaban siempre al sur del río.

Mientras el barrio de la otra orilla del Sena, la margen derecha, se ha modernizado mucho, el ambiente bohemio de la margen izquierda ha permanecido casi intacto con el paso de los años

Boulevard Saint-Germain




Es la calle comercial más famosa de la Rive Gauche, llena de modernas boutiques de lujo, de Sonia Rykiel a Yves Saint Laurent. Afortunadamente, eso no significa que el distrito haya perdido sus tiendecitas más clásicas.
La concurrida arteria también alberga el Café de Flore, un mito en Saint Germain. El “Café de Flore” y su gran rival, “Les deux Magots”, son los establecimientos más célebres del Boulevard Saint Germain.
Ambos están situados a pocos pasos de la iglesia más antigua de París: la Iglesia de Saint Germain des Pres.
Sartre, Simone de Beauvoir, Camus y otros solían encontrarse con regularidad en sus mesas.




Iglesia de Saint Sulpice

Esta es una iglesia llamativa ya que las dos torres de la fachada principal no son idénticas.  La Iglesia de Saint Sulpice es una de las más conocidas gracias a su protagonismo en el Código da Vinci.

Se trata de un enorme edificio con un aspecto sencillo e inacabado. En su interior, en una capilla que se encuentra a la derecha de la puerta principal, podrás ver dos murales de Delacroix.
Fuera de la iglesia, en la plaza, podrás ver también la fuente de los Cuatro Obispos. Cerca de la Iglesia de Saint Sulpice hay una zona con locales para comer, cenar y tomar copas.
Son varias calles estrechas repletas de locales para descansar y reponer energías. Las calles son Rue des Canettes, Rue Guisarde y Rue Princisse.

La Biblioteca de Santa Genoveva

Gracias a los estudiantes de la Sorbona se respetó el ambiente intelectual. Ya en el siglo XIV se mudaron a la orilla izquierda jóvenes inteligentes de todos los puntos cardinales.
Las calles que rodean el edificio de la universidad pronto se conocieron como el Quartier Latin: el famoso barrio estudiantil de París. Allí es donde estalló la famosa revuelta estudiantil de 1968.


Los jardines de Luxemburgo

Los jardines de Luxemburgo son el lugar ideal para alejarse del bullicio de la ciudad. Construidos como parque privado alrededor del imponente Palacio de Luxemburgo, desde el siglo XIX la entrada es gratis para el público.
Entre semana, el césped es ocupada sobre todo por estudiantes de la Sorbona. En el fin de semana alternan los entusiastas de los deportes, las parejas de enamorados y las familias.
Podés pasear por «le Luco» contemplando no menos de 106 estatuas. Hasta hace unos años, estuvo allí incluso la Estatua de la Libertad, que una vez sirvió como modelo a escala a su hermana mayor de Nueva York. Debido al frecuente vandalismo, se trasladó al Musée d’Orsay.

Fuente de Medici



Musée d’Orsay
La orilla derecha tiene el Louvre, la izquierda el Musée d’Orsay, habitado por Van Gogh, Gauguin, Renoir, Degas, Mondriaan, Munch, Monet, Manet…





Las paredes están decoradas con obras de grandes genios de la historia del arte. Y sin embargo, el mayor atractivo del museo bien puede ser el propio museo: bellamente ubicado bajo las bóvedas de vidrio de una antigua estación de tren.

Brillan también en este lugar que atrapa a todo el que llega, varias esculturas de Auguste Rodin, famoso sobre todo por su obra «El Pensador».

El escultor más famoso de Francia también tiene su propio museo a pocas manzanas al sur, el Museo Rodin, en el hotel donde vivió durante muchos años.

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