Aldolphe Stoclet, un rico ingeniero y banquero belga, y su esposa estuvieron en Viena de 1902 a 1904. En uno de sus paseos quedaron maravillados por la villa del pintor Carl Moll obra del arquitecto Joseff Hoffman. Por cierto, en el jardín de esta casa se conocieron Alma y Gustav Mahler. Ella era hijastra de Moll, pero esta es otra historia y nada tiene que ver con nuestro árbol.
Entusiasmados los acaudalados Stoclet encargaron a Joseff Hoffman el diseño y construcción de su palacio en Bruselas sin límite de presupuesto y éste fue construido entre 1905 y 1911.
Los Stoclet eran aficionados al arte y tenían una importante colección de arte asiático, egipcio y de primitivos italianos.
El trabajo de Hoffman no se limitó al exterior sino que también se hizo cargo de la decoración interior.
Cada objeto, mueble o detalle fue pensado y realizado para la casa. El gran piano de la sala de música fue diseñado por el propio Hoffman.
Y donde se quiso echar la casa por la ventana y mostrar todo el esplendor del Palacio fue en el gran comedor. Hoffman encargó a Gustav Kilmt la decoración de las paredes.
Klimt se lo tomó con calma y tardó 6 años en realizar esta obra. Para ello se inspiró en la colección de arte de los Stoclet y, además de algunos motivos geométricos de menor tamaño, realizó dos grandes murales enfrentados que representan El árbol de la vida.
El Mural presenta tres partes diferenciadas. A la izquierda, una mujer que parece simbolizar la espera o el anhelo.
Misteriosa, mira hace la derecha, su postura recuerda al arte egipcio y su largo traje realizado con triángulos también recuerda a las pirámides.
En el extremo opuesto está el abrazo entre un hombre y una mujer, que podría recordar en un primer momento a El beso realizado por Klimt en la misma época, pero que presenta notables diferencias.
En el abrazo de El árbol de la vida el hombre está completamente de espaldas, sólo se ve el rostro de la mujer y ésta se mantiene de pie. En la túnica del hombre pueden verse numerosos ojos, un pez y un ave a los que se ha dado significados diversos, casi siempre relacionados con la antigua religión egipcia o el cristianismo.
Y en medio y, a la vez, abarcándolo todo y uniendo la espera y el abrazo, el árbol de la vida.
Un único tronco, que sale de la tierra y se va bifurcando en ramas, que terminan en diversos arabescos que pueden representar distintas opciones de vida, distintos destinos.
El fin de la vida, la muerte, le da sentido a la misma y está presente en el mural en el pájaro negro. Aunque también éste podría recordar a los halcones egipcios, y en particular al dios egipcio Horus, de cuerpo humano y cabeza de ave rapaz.
El mural no podía desentonar con los materiales de la casa, por lo que fue realizado con mármol, esmaltes, vidrios, gemas, oro y plata.
Tal vez el palacio Stoclet sea lo más parecido a la Obra de Arte Total (Gesamtkunstwerk), término introducido inicialmente por Wagner pero que luego retomó la Secesión vienesa para referirse a la obra en la que todos los tipos de arte y diseño convergen en un objeto único. No creo que los inventores del lema A cada tiempo su arte, y a cada arte su libertad ("Der Zeit ihre Kunst, der Kunst ihre Freiheit") pensarán que esa Gesamtkunstwerk se encontraría en Bruselas.
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