Mi silencio se propaga cual una melodía de la radio: hacia arriba y hacia abajo,
a la izquierda y a la derecha, interior y exteriormente.
Mi silencio se esparce como una hoguera de bienaventuranza; en él se queman los matorrales de las tristezas y los altos robles del orgullo.
Mi silencio, como el éter, todo lo atraviesa, llevando consigo las canciones de la tierra, de los átomos y de las estrellas, a las estancias de la infinita mansión del Espíritu.
Paramahansa Yogananda
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