La montaña guarda un eco muy por dentro de sí misma.
Así es como guardo el recuerdo de tu voz.
Soy un trozo de madera aventada a tu fuego, y rápidamente me reduces solamente en humo.
¡Te miré y me convertí en vacío!
Este vacío, más hermoso que la existencia, destruye la existencia, y aún así, cuando llega, la existencia florece y crea más existencia......
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