sábado, 10 de enero de 2015



....me costó entender que acompañar no es empujar ni tirar de nadie, no es tomar decisiones por otros, no es faltarle el respeto creyéndome conocedora de las respuestas. Luego también me tocó aprender que acompañar no es hundirte en el abismo con el otro, ni seguirlo en forma ciega cuando elige hundirse. Sino dejarlo hacer su camino y quedar atento por si pide una mano. Tuve que aprender a convivir con mis limitaciones, aceptarlas y quererlas, para darme cuenta que gracias a las mismas, yo era capaz de otras cosas. Y tuve que poner en su justo lugar las que creía que eran mis fortalezas, cuando entendí que sin otras capacidades, sólo con eso no se podía caminar.... 
Fuente: Mujer Arbol

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