jueves, 21 de junio de 2012
23 de Junio, Noche de San Juan
La noche de San Juan (23 de junio) es una noche mágica desde tiempos remotos, que coincide con la celebración del solsticio de verano (la noche más corta del año).
Estamos justo en el centro de la Rueda Anual gobernada, según los Druidas, por el Rey Roble.
El ciclo, que empezó en invierno con la energía de introspección, dio sus flores en el pasado Equinocio de Primavera, y ahora en el Solsticio de Verano veremos los frutos.
Es la noche del fuego y las hogueras…
La noche del agua… donde reviven las propiedades de las fuentes milagrosas, de las olas del mar que purifican, de la llovizna y de las gotas del rocío que fecundan y curan los pies descalzos…
Y es la noche del mundo vegetal…
Esta noche las plantas consiguen sus mejores propiedades curativas y mágicas.
Es por todo ello que esta vez te voy a recomendar dar un paseo por el bosque donde vivir una gran experiencia de conexión contigo y lo que te rodea. Una vivencia que puede seguir, si así lo deseas, con una propuesta en tu casa.
Más allá del ritual
No es esta vez mi intención simplemente recomendarte pautas para rituales y determinar cuales son los objetos adecuados, colores y formas, ni cuales son las vestimentas apropiadas, las palabras convenientes… sino ir más allá de lo meramente ceremonial…
Invitándote a la conexión, a la Escucha, a la apertura de la Mujer Sabia.
Pues el acto ceremonial es el último acto de tu espiritualidad.
El acto ritual estaría vinculado a la meditación y a cualquier otra práctica íntima y personal que te ayude a expresar quien eres en realidad, un ser divino en aprendizaje perpetuo, un ser divino creando continuamente realidad.
Realizar un ritual mágico sin conocer porqué y para qué se realiza, es un acto vacío.
En cambio, con los propósitos (porqué y para qué) claros dentro de ti, puedes alcanzar al objetivo sin el uso del ritual: Haces un ritual para festejar el comienzo de una nueva etapa… Celebras un ciclo natural… Deseas fomentar tu unión con la Madre Naturaleza y sus elementos… Deseas dar un giro a tus prioridades vitales…
Uno de los mayores conocimientos que ofrece un ritual mágico es percatarse de que existe una Realidad más allá de la que conocemos mental y visualmente, con unas fuerzas tangibles e intangibles, otros planos, otros mundos y otros seres.
Pero el otro es recordarte tu gran poder para crear aquello que desees vivir.
Adentrarse en el bosque
Bosque y Templo son dos nociones equivalentes espiritualmente.
Los bosques son templos para nuestra más profunda espiritualidad, son Sagrados y Amigos.
No es consecuente con la actitud de la Mujer Sabia, internarse en cualquier bosque para ensuciar, cortar hojas, ramas, flores, talar árboles o arrancar arbustos o arbolillos sin más…
Como decían los druidas de otras épocas: “No se puede arrancar una flor sin perturbar una estrella”.
Podemos estar receptivas y recoger y agradecer lo que el amigo bosque nos regale. Y también podemos pedir permiso para coger aquello que necesitamos.
No temamos pedir… El bosque y la Madre Naturaleza, estarán encantados de agasajarnos con sus regalos… Podemos dirigirnos a cada planta o al bosque con nuestra demanda… Siempre, interior o exteriormente pidiendo permiso y si es posible correspondiendo al regalo con acciones de Agradecimiento.
Los bosques no son posesiones, no se pueden comprar, ni vender, pertenecen a ellos mismos y a la Madre Naturaleza. Pero son nuestros grandes aliados, gracias a ellos, podemos vivir, respirando por ejemplo el oxigeno que producen y nos regalan…
Respetar y ayudar a conservar el bosque, intuyendo las energías que lo albergan, los espíritus amigos que se manifiestan y su importancia en la supervivencia del ecosistema y las especies es un gran acto de Consciencia.
La comunicación con el bosque
Los bosques se comunican fluidamente con nosotros, a través de múltiples detalles y ricos matices…
El bosque te habla a través del viento, de las hojas y las plumas, del musgo, las setas y las hierbas, del regalo de sus flores y sus frutos, del crujir de sus árboles y ramas, del murmullo de sus riachuelos y sus fuentes, del canto y el movimiento de sus aves…
El bosque te habla a través de todos sus animales (por minúsculos que parezcan), de sus piedras, sus senderos, sus silencios y sus voces…
El bosque te habla a través de su perfume a humedad y vida. Y también –cómo no- a través de todos los seres a los que ampara, visibles o invisibles…
El bosque se comunica contigo y tú te comunicas con el bosque… Desde incluso antes de que pongas tu primer pie en su suelo. Incluso desde tu deseo de acudir a su encuentro. Un modo muy efectivo de comunicación es a través de tu disgusto o agrado. A través de tus sensaciones y percepciones de cierre si rechazas, o de apertura, placer y alegría si acoges aquello que se te regala durante el camino.
En el caso en que estuvieras menstruando, recuerda que tu sangre es bienvenida y un regalo nutritivo para el bosque… Dependiendo de lo que los límites culturales, sociales y –en definitiva- mentales hayan presionado dentro de ti… es posible que te parezca imposible acudir simplemente con una falda al bosque, que te permita caminar y menstruar…
Y quizás es más viable que acudas con una copa vaginal y realices tu ofrenda en un momento dado si no te es posible realizarla durante todo el paseo…
Estés en el momento del ciclo que estés, este paseo te ayudará a eliminar toxinas y activar tu sistema inmune, a requilibrar tu energía y a elevarla.
Te recomiendo estar atenta a los mensajes y necesidades de tu cuerpo, conectada a ti misma para poder conectar con el afuera: si necesitas descansar, bajar el ritmo, detenerte, alimentarte, beber… házlo.
Elige ropa cómoda, a poder ser de tejido natural y no demasiado ajustada… ¡Y calzado cómodo! Pero también ábrete a la posibilidad de ir descalza durante los trayectos que consideres.
Para facilitar nuestra comunicación con el bosque desde una relación más armónica con el entorno, podemos elegir nutrirnos con alimentos naturales y propios de la temporada climática en la que estamos, que se encuentren en nuestro entorno cercano.
Pretendemos comunicarnos con aquello que nos rodea, con árboles, plantas y animales, y sería muy consecuente y armónico introducirnos en la misma frecuencia y longitud de onda que ellos. Pero si te alimentas con alimentos muy procesados y artificiales… ¡El bosque seguirá disponible para comunicarse contigo!
Un árbol, un Amigo
Los árboles son seres muy especiales, con una clara y fuerte conexión tierra-cielo. Seres vivos que “ya estaban antes” que tú y que yo, poseedores de una energía arcana llena de sabiduría.
Un árbol irradia color verde que nos influye. El color verde es sanador. Conociendo cómo funciona la luz y los colores, podríamos curiosamente decir, que un árbol o una planta verde es de todos los colores menos verde. Y al rechazarlo, si estamos en su ámbito de influencia, por proximidad física, ese es el color o esas son las radiaciones lumínicas, para ser más exactos, que puede incidir en nuestro organismo y en nuestra psique.
“Por el agua que le fluye por dentro, por sus raíces que emergen desde la tierra amiga, por el viento que cuela entre sus hojas meciéndolas y el fuego que despierta en la fricción de sus ramas
que se elevan hacia el cielo infinito, los druidas contemplamos en el árbol la esencia del mundo.”
Desde niña, siempre me ha gustado especialmente ubicarme bajo los árboles y mirar hacia arriba muy pegada a su tronco.
Si te apoyas en uno, con tus manos en la espalda, tocando su corteza, y cierras los ojos, puedes comunicarte con ese ser majestuoso mientras respiras y le sientes palpitar…
Tiempo para el Roble
Ahora es el Roble que representa la energía según la rueda del calendario druida.
El Roble es el Rey del Bosque, según esta tradición, es un árbol muy social. Las reuniones al aire libre druídicas siempre se daban alrededor de un Roble y allí se celebraban sus ceremonias, fiestas, bailes, ritos y la unión de manos.
Si encuentras uno a tu paso, sonríele con tus manos y tu corazón.
Las piedras y las rocas del camino
Existen lugares especiales en todo el mundo, donde las piedras, materia viva que emiten vibraciones telúricas, acentúan la energía de la Tierra y marcan líneas ocultas de fuerza geológica.
Es a través de nuestras sensaciones táctiles, percepciones psíquicas y emociones anímicas como podemos sintonizar con las energías que las piedras y minerales transmiten, para muchos imperceptiblemente. Si estás desentrenada de escuchar a las piedras, te recomiendo tomarte tu tiempo, cerrar los ojos y acercarte desde tu mano izquierda a sentirla. si es una piedra, o a sentirla con todo el cuerpo si es una roca.
Y tal y como decían los druidas, “si tomas una piedra del bosque, no lo hagas solo con la mano, tómala también con el corazón y la sentirás en el alma”.
El agua fluyendo naturalmente
Sea fuente, río, lago, charco, escarcha, gota de rocío, lluvia, nieve o vapor, el agua es portadora de vida, en todas sus múltiples formas… Una clara muestra de adaptación y transformación cíclica.
Si tienes oportunidad de beber y sumergir –al menos- parte de tu cuerpo con la pureza de un manantial natural, disfruta de la experiencia…
Observa con apertura de corazón a los seres que rodean una fuente, un lago, un río… Yo guardo inolvidables experiencias junto a esos especiales lugares.
Abierta a lo sutil
Justo AHORA es la gran época en que es fácil y sencillo comunicarse con las Hadas, Devas o espíritus de la naturaleza y seres que caminan a nuestro lado en otro plano…
Es un momento especial del año, (el otro es en Samhain a finales de Octubre) en el que la puerta entre los mundos está abierta y podemos tener más apertura, receptividad, clarividencia, intuición y guía de lo acostumbrado.
¡Disfrútalo!
Encontrar un claro
El punto más importante de un bosque para una ceremonia ritual, es el claro, la zona o área donde puede contemplarse el firmamento sin obstáculos.
Un lugar situado en el bosque, en un claro tranquilo, limpio y rodeado de piedras y árboles.
Este es el genuino lugar de conexión en todo bosque , donde desde tiempos remotos, mujeres y hombres han conectado receptivamente con el espíritu de la Madre Tierra y sus fuerzas telúricas y con las fuerzas del cielo. Rodeados de hermanos arbóreos que nos ayudarán con sus fluyentes energías y propiedades a realizar esta expansiva conexión.
Creando un altar en el mismo bosque
Si un bosque es un templo, allí mismo podemos crear un altar.
Y si queremos establecer un altar, lo orientamos hacia la salida del Sol, es decir, hacia el Este, ofreciendo homenaje al despunte de la energía renovadora.
Para establecer los puntos cardinales, si no conocemos la orientación, podemos empezar por utilizar una brújula.
El altar puede ser una piedra o roca estable. Puede ser incluso la misma tierra que pisamos, sobre un área específica que señalaremos para tal efecto con algún tejido, tela o paño de algún color armonizado con la estación que celebramos el ritual. Podemos previsoramente meter en nuestra bolsa un paño de algún tejido no sintético, preferentemente de origen vegetal como algodón, lino, hilo y libres de tintes químicos. Pero también podemos simplemente trazar un círculo con un palo…
La circunferencia es símbolo, además, del infinito y de la eternidad, pues no tiene principio ni fin,
El altar obtiene sus elementos simbólicos, de plantas o ramas u hojas que hayamos encontrado, también minerales o piedras sin pulir, tal y como se encuentran en su estado natural, pues son excelentes conductoras de energía.
Si has realizado tu viaje en compañía, especialmente de niños, cada miembro puede aportar un elemento o varios al altar creándolo así entre todos…
El altar es fuente de calma, energía centrada hacia nosotros.
Podemos también usar elementos especiales que traigamos en nuestra bolsa.
Todo objeto utilizado en un ritual es un elemento que posee su valiosa simbología. Los objetos, son herramientas y arquetipos cuya percepción activa e involucra todo nuestro ser.
Podemos usar un recipiente que contenga agua de fuente o mineral que representa al elemento Agua.
Un recipiente con tierra o una piedra representando al elemento Tierra.
Y vapores o substancias aromáticas de origen vegetal o inciensos representarán al elemento Aire. Nos servirá una planta aromática.
El elemento Fuego, para los druidas, amantes del bosque, no era un elemento a representar en el altar (ellos consideran que solo hay tres: agua, fuego y tierra), y en esta ocasión, en el lugar en el que nos encontramos, yo tampoco lo representaría.
Una vez realizado el altar, puedes decir unas palabras de Agradecimiento y Unión que te nazcan o que sean de tu agrado.
Fuente: http://www.despertarenlaluz.com/2012/06/una-bruja-mas-alla-de-san-juan-un-paseo-por-el-bosque/
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