viernes, 1 de junio de 2012

La palabra mandala proviene del sánscrito, significa “círculo sagrado” y alude a la totalidad, la unión, la integración y lo absoluto. Un mandala es un círculo, la forma perfecta, y representa al cosmos, a la eternidad y a la creación, también al mundo, al ser humano y a la vida. Entonces, si un mandala es el poder del universo en pequeña escala, imaginemos cuánto bienestar otorga hacerlo o contemplarlo. Y lo mejor del caso es que al no tener un objetivo explícito o concreto, la libertad tiene rienda suelta y al crearlo se revelan imágenes de cómo se organiza la vida interior de la persona, ya sea de lo consciente como también de lo inconsciente. Es decir que desde el punto de vista psicológico, los mandalas son lúdicos y terapéuticos. En cuanto a lo esp i ritual, son centros energéticos de equilibrio y purificación que colaboran con la transformación de la mente de quien medita y por lo tanto de su entorno. Tanto al observar com o al dibujar mandalas es posible revertir la fragmentación psíquica y espiritual, trascendiendo las limitaciones y ataduras al mundo material y conceptual. Carl Jung, uno de los p a dres de la Psicología, empleó mandalas durante las terapias de sus pacientes para que cada uno pudiera alcanzar su búsqueda individual. Elaboró entonces una teoría sobre la estructura de la psiquis humana, y sostuvo que los mandalas representan la totalidad de la mente abarcando tanto el conciente como el inconsciente. Según la psicología, los mandalas representan al ser humano. Interactuar con ellos es un poderoso instrumento para sanar las fragmentaciones psíquicas y espirituales, ayuda a manifestar la creatividad y a reconectarnos con nuestro ser esencial. Crear mandalas e interactuar con ellos, ya sea a través de la meditación o con la simple observación, abre puertas hasta el momento desconocidas, dejando que brote de forma libre y natural la sabiduría interior. ¿Qué se necesita para crear un mandala? En principio no exige habilidades intelectuales específicas: crear un mandala es una respuesta instantánea con ejemplos y símbolos para comprender de manera intuitiva las infinitas posibilidades del subconsciente humano. Las figuras geométricas combinadas con los colores representan el interior del ser humano. Aunque todos los mandalas tienen un orden circular con un centro definido, el estilo de cada uno se explica a partir de la época en que se realiza. Los mandalas han sido utilizados por los egipcios, quienes creían eran un instrumento de meditación profunda, y por la civilización China, que aún hoy los emplean para generar abundancia y prosperidad como también para fortalecer la salud. Las tribus indígenas americanas los emplean coloridos y bordados con plumas y animales nativos.

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