Recientemente en Corea de Sur, norte de China y Taiwán, se han encontrado sorprendentemente multitud de f lorcitas blancas, las cuales, según consta en las escrituras budistas, son llamadas Udumbara, florecen cada 3000 años y anuncian la venida del Rey Buda que Gira la Rueda para salvar los seres conscientes del mundo. Popularmente, se cree que estas flores traen armonía y buena suerte al mundo humano, pero sin embargo, a lo largo de la historia, nadie pudo ver estas flores, por lo que más bien se consideran flores imaginarias como otros muchos objetos descritos por la religión budista.
En julio de 1997, el monje Kim Hairi, en un milenario templo budista del Corea de Sur, descubrió por primera vez estas florcitas en la cara de una estatua de Buda en bronce. Fueron en total 24 flores de 3 mm de diámetro y, observando detalladamente, se podían apreciar sus diminutos tallos y raíces, crecidos en la superficie de bronce, ausente de tierra y de agua. La fecha del descubrimiento de estas flores coincidió con el año 3024 del calendario budista.
La noticia pronto se propagó por toda Corea de Sur, un país en el que la cuarta parte de la población son creyentes budistas, y se convirtió rápidamente en uno de los acontecimientos más comentados en el ámbito religioso, social y político del país.
En junio de 2007 se han podido observar de nuevo multitud de estas florcitas en varios lugares del nordeste de China.
La flor que anuncia la venida del Rey que Gira la Rueda
Según describen las escrituras budistas, el nombre de Udumbara significa flor de Sabiduría o flor del Vacío, y su aparición anuncia la venida al mundo del Rey que gira la Rueda para la salvación de los seres conscientes del mundo. Según el monje mayor Zen de Corea del Sur, sólo se puede encontrar la explicación de estas flores si se las mira desde el punto de vista de la religión y de la fe.
Cristales de una escuela de primaria de Taiwán
Casualmente, el 14 de junio de 2007 fueron encontradas las mismas flores en los cristales de las ventanas de una escuela de primaria en la isla de Taiwán. Fue durante una clase de dibujo, cuando un alumno preguntó a la profesora qué es lo que había en las ventanas. La profesora, que había visto en Internet unas fotos de las flores que crecieron en la estatua de Buda de Corea de Sur, las identificó como flores de Udumbara.
Estas flores de color blanco y tallos transparentes, crecidas en la superficie de cristal, seguían floreciendo sin marchitarse a pesar del fuerte sol y de la alta temperatura del cristal.
Una mañana de junio de 2007, una profesora de una guardería infantil de la provincia de Shandong, China, descubrió con asombro una treintena de estas flores encima de unos claveles del jardín de la guardería. Las florcitas estaban reunidas en los pétalos, las hojas y los capullos de los claveles, lugares donde recibían la luz del sol.
Otro hallazgo tuvo lugar la mañana del 17 de junio de 2007, cuando el señor Wang de la provincia de Shenyang descubrió en el patio de su casa las mismas flores en un tubo de acero inoxidable. “Al principio pensaba que era fibras de algodón, pero al observar de cerca, me di cuenta de que era una aglomeración de una veintena de florcitas. La copa de la flor mide aproximadamente 1 mm de diámetro, y los tallos son más finos que un hilo de tejer.”
Lo más increíble de estas flores es que crecieron encima de un tubo de acero inoxidable, sus raíces crecen directamente del tubo, sin tierra, agua, ni nutrientes por medio, factores fundamentales para la supervivencia de una planta.
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