martes, 24 de noviembre de 2020

El mburucuyá, la flor que quiso ser nacional y perdió con el ceibo


 

La Pasionaria, Mburucuyá o Passiflora caerulea, es una planta trepadora nativa para alambrados y pérgolas con una floración bellísima. Es abundante en Chaco, La Rioja, Misiones, Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires. En Corrientes hay una ciudad que lleva su nombre y que es la cuna del chamamé y hay también un conocido parque nacional. En Argentina es particularmente abundante en Misiones, donde se la puede hallar al borde de las selvas o sobre los alambrados.

Su nombre científico le fue dado por botánico Carlos Linneo a raíz de que los religiosos de la época de la conquista la llamaban Pasionaria por ver en sus pétalos, pistilos y ramas la simbología de la pasión de Cristo. El epíteto especifico caerulea deriva del latín y significa azulado. Y en guaraní “mburucuyá” es ‘criadero de insectos’ .

La planta es polinizada fundamentalmente los abejorros, en especial uno localmente conocido como mangangá. En la región, las hojas de las pasionarias alimentan a las orugas de las mariposas espejitos (Agraulis vanillae maculosa), pero también a otras menos comunes. La más conocida es la passiflora caerulea pero hay muchísimas más dentro del género. Algunas nativas y otras no. La Passiflora edulis – el maracuyá – passiflora alata, passiflora chrysophylla, passiflora elegans y passiflora officinalis.

Varias especies de aves y mamíferos se alimentan de sus frutos con los que se hace un dulce riquísimo y sus hojas tienen propiedades para combatir el insomnio y la ansiedad.

Los nativos americanos usaron sus frutos como moneda de intercambio con otros pueblos. La pasionaria ha sido empleada tradicionalmente para combatir los estados de ansiedad, tensión nerviosa e insomnio, se usan las hojas en infusión, es antitusivo y antiasmáticoLos guaraníes la utilizaban para preparar cataplasmas con las que trataban quemaduras, heridas e inflamaciones. Hay cientos de leyendas, cuentos y hasta compitió para ser la flor nacional de Argentina, pero perdió con el ceibo. Es la flor nacional de Paraguay.

¿Qué más podemos pedirle a esta maravillosa planta?


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