Caminábamos. Caminábamos sin rumbo. Caminábamos por caminar, por el solo hecho de estar juntos. Y si nos encontrábamos las manos, no importaba, y si se hablaban las miradas tampoco, porque con respirarnos de a ratos nos alcanzaba. Caminábamos buscándonos, esperando que el destino nos llevara a un mismo beso, en una esquina de una misma vida.
Brando
Cartas al tiempo
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