Esta obra generacional y conceptual creada por la banda británica con el propósito de despojarse de las ataduras psicodélicas y trasmitir los temas que tanto le preocupaban, la muerte, el dinero, el tiempo y la locura, nació –en el lugar donde suelen ocurrir las mejores ideas- en la cocina de uno de sus integrantes, Nick Mason (batería).
El álbum se desarrolló como parte de una futura gira de la banda, estrenándose en directo varios meses antes de que siquiera hubieran comenzado las grabaciones en el estudio. El nuevo material se fue refinando a medida que avanzaba la gira, y fue grabado en dos sesiones en 1972 y 1973 en los Abbey Road Studios de Londres. Pink Floyd usó algunas de las técnicas de grabación más avanzadas de la época, incluyendo multipistas y loops.
Curiosamente se mantuvo en las listas por más de 14 años –convirtiéndose en un disco legendario- pero nunca llegó a ocupar un primer lugar. Sin embargo su magia lo mantiene perpetuo entre los mejores discos de la historia.
Roger Waters, vocalista y bajista de la banda confiesa que para él es un disco conmovedor: “La misma noche en que lo terminamos, volví a casa con el master y se lo dí a mi esposa, Judy. Ella lo escuchó de principio a fin sin hablar. Luego, estalló en lágrimas. Confirmé entonces que se trataba de un disco conmovedor” declara Waters respecto al álbum.
Cada cara del álbum constituye una pieza continua de música. Las cinco pistas de cada cara reflejan varios estados de la vida humana. El álbum comienza y acaba con latidos de corazón; explora la naturaleza de la experiencia del ser humano, y según Waters, “la empatía”. «Speak to Me» y «Breathe» juntos hacen énfasis en los elementos mundanos y fútiles de la vida junto con la siempre presente amenaza de la locura y la importancia de vivir cada uno su propia vida: «No tengas miedo a querer».
«On the Run», un instrumental guiado por sintetizadores, evoca el estrés y la ansiedad que provoca el transporte moderno, en particular el miedo de Wright a volar, llevando la trama de la canción a un aeropuerto. «Time» se adentra en el modo en el que el paso del tiempo puede controlar la vida de uno y ofrece una vehemente advertencia a quienes desperdician el tiempo agarrándose a los aspectos más mundanos de la vida. A esta canción le sigue el tema del retiro hacia la soledad y el refugio en la canción «Breathe (Reprise)».
La primera parte del álbum termina con «The Great Gig in the Sky», una sentida metáfora sobre la muerte. Abriendo con el sonido de una caja registradora y el ruido de monedas, la primera pista de la cara B, «Money», se burla de la avaricia y el consumismo, con una letra irónica y efectos de sonido relacionados con la riqueza. «Money» ha sido la pista de más éxito comercial del álbum y ha sido versionada por varias bandas desde entonces.
«Us and Them» habla del etnocentrismo y del conflicto y del uso de dicotomías simples para describir las relaciones personales. «Brain Damage» trata sobre la enfermedad mental resultante de poner la fama y el éxito por encima de las necesidades de uno mismo. En particular el verso «And if the band you’re in starts playing different tunes» («y si la banda en la que estás comienza a tocar distintas melodías») refleja el estado mental del antiguo miembro de la banda Syd Barrett.
El álbum acaba con «Eclipse», que propugna los conceptos de la alteridad y unidad, a la vez que fuerza al oyente a reconocer los rasgos comunes de los seres humanos.
Hay quienes pueden temer que se trate de un álbum aburrido, pero detrás de esa increíble portada (considerada recientemente la mejor portada de un disco de todos los tiempos) se esconden melodías increíbles, letras fabulosas y sonido atemporales. Sin duda alguna, el mejor álbum de esta banda, uno de los mejores de su generación y uno de los más grandes de la historia de la música.
Aquellos que nunca hayan escuchado Pink Floyd sin duda, deben comenzar por este disco.
Por @daormazabal
http://culturizando.com/grandes-discos-de-todos-los-tiempos/
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