jueves, 22 de mayo de 2014

Los celtas


Durante los primeros siglos después de cristo existía una civilización
conocida por todos y extendida en torno a Irlanda, las islas del reino unido y
parte del
norte de España, la civilización celta, la cual posee enigmas en torno a un
mundo fascinante hacía lo mágico, pasión por la poesía y una importante
sabiduría en torno a la fantasía.
Los Astures, siempre rebeldes, así se denominaba el pueblo celta que dio
nombre a la región de Asturias, quienes junto a los cantabros, los galaicos y
los vaceos se rebelaron contra los romanos en una guerra -que duró desde el 29
al 19 a. C.-en la que tuvo que intervenir el propio emperador Octavio Augusto.
Los conocimientos que tenemos hoy en día de los celtas proceden de la
arqueología y de los textos clásicos que hablarían de ellos culturas más
civilizadas del entonces y de tiempos posteriores, ya que existen textos de la
edad media que hacían referencia a esta interesante cultura, la cual tenía una
pasión enigmática y peculiar hacía la muerte y el otro mundo, la cual muchos
desconocen.
El pueblo astur es de origen posiblemente celta, como el gallego y estaba
dividido en tribus que en épocas de peligro exterior se agrupaban en castros o
poblaciones primitivas fortificadas.
Los astures, muy amantes de su independencia, lucharon contra toda clase de
invasores que sufrió la Península Ibérica, especialmente contra los romanos,
lucharon más de tres siglos hasta que al final dominados por Roma. Los romanos
dejaron permanentemente en la provincia un grupo de soldados, entonces llamado
legión, para garantizar la “paz”, conociendo el carácter revolucionario, fuerte
y rebelde de los asturianos.
Tras los romanos llegaron los godos (siglos V-VIII) hasta que se produjo la
invasión de los moros más o menos en el año 711 después de Cristo. Los godos
asturianos, ya convertidos al cristianismo y liderados por el gran Pelayo,
comenzaron a luchar contra los árabes. Pelayo, rey visigodo, consigue la primera
victoria contra los musulmanes en la famosa batalla de Covadonga, entre montañas
asturianas, que marca el comienzo de una nueva era. Asturias se convierte en “la
cuna de la reconquista”. Existen bastantes leyendas de que incluso la virgen de
Covadonga se apareció a Pelayo para darle poderes especiales en esta batalla,
pero este tema se tratará a fondo en un futuro artículo dedicado exclusivamente
a la “batalla de Covadonga”.


La cultura celtíbera.
Tanto los griegos como los romanos describían a los celtas como bárbaros
temibles pero fascinantes y muy valientes en combate. Se sentían intrigados por
esta civilización y por su religión.
Los celtas carecían de conocimiento de la escritura, su conocimiento era
transmitido por los druidas y bardos de forma oral. Leyendas o tal vez historias
con parte de verdad que relatan a héroes guerreros muy valientes, druidas sabios
y mujeres sobrenaturales.
Los primeros datos sobre los celtas llegaron de la mano de escribas
cristianos por primera vez, mediante la forma de poemas, transmitían lo que
serían sus costumbres, creencias y sus códigos de conducta.
Eran estupendos artesanos, poetas, cantantes, guerreros, druídas e incluso
hechiceras o brujas, desde el punto de vista actual. ¿Qué conocimientos sobre el
esoterismo tendrían en esos tiempos?, ¿Usaban realmente magia para ayudar a
combatir contra los atacantes?,¿les ayudaban realmente energías que tal vez
desconocemos hoy en día?,¿dominaban los druidas y brujas secretos inimaginables?
Realmente esas aldeas se componían de pocas personas comparados con otros
ejércitos conquistadores, como el romano, pero aunque eran pocos en esas
“aldeas” resisterieron en muchas durante años estas invasiones.
Los poemas celtas transmiten sabiduría, respeto y conocimiento de la
naturaleza, y un peculiar conocimiento sobre el más allá.


Una cultura con costumbres relacionadas con el esoterismo.
Hoy en día tenemos conocimiento que los niños poseen más sensibilidad ante
fenómenos y son más “perceptivos” que los adultos. Para los celtas, la infancia
era un periodo mágico. Entre las obligaciones de los padres formaba parte el
poner un nombre apropiado al hijo, muy importante dado que el significado de ese
nombre determinaría su futuro, y ponérselo antes de que cualquier fuerza pudiera
influir ya en su destino. Estos apodos procederían de algún tipo de hecho de
esos primeros tiempos de su existencia, después, con la asignación de ese
nombre, llegaría un segundo nacimiento, del que poseerían una sabiduría
excepcional para
su edad (tal vez niños prodigio) y poderes sobrenaturales. Lo denominaban “niños
sabios”.


Los celtas, la magia y la guerra.
Para los celtas la guerra se trataba de un oficio dificultoso, de largo
camino para el aprendizaje, de mucha dedicación, destreza y fuerza.
Hay conocimiento, al semejanza de las artes marciales en oriente, aplicaban
una gran disciplina respecto a sus técnicas de combate, con estilos de lucha
especiales y desconocidas. Expertos y mortíferos en manejo de dagas, espadas,
lanzas y escudos, eran capaces de realizar proezas en combate, eran guerreros
temibles y muy respetados.
Las armas de los guerreros, de gran trabajo artesanal, eran los bienes más
preciados para ellos, dado que también le acompañarían incluso después de su
muerte, para usarlas en el más allá.
La lealtad, el valor, el honor, respeto y un objetivo en sus batallas: “la
sabiduría de la espada” y el temor a ser deshonrados. El jefe sería responsable
de proteger a sus hombres, incluso después de la muerte. Las mujeres, también
guerreras y brujas que realizaban poderosos maleficios hacia los enemigos.
Relatos de textos clásicos de Grecia describen como la magia forma también
toma un papel importante en la batalla de poderes mágicos y nombre propio,
relacionado con el nombre del guerrero, lo cual, determinaba un vínculo y el
arma llegaría a ser una prolongación de su cuerpo. Y también relatos de
guerreros con poderes propios.


Los celtas y el mundo de los muertos.
El señor de los muertos tenía como nombre dios "Donn" ante el cual todos los
hombres y mujeres acuden a rendir tributo al final de su existencia. "Donn",
dios ascentral, habita en una oscura y profunda cueva bajo el cuidado de nueve
doncellas las cuales mediante sus soplidos crean el fuego de su inmensa caldera
mágica. El reino de “Donn” se extendía desde esas profundas cuevas hasta las
tumbas del exterior.
Para ellos, la muerte era un viaje hacia otra esfera de existencia, y
relataban que las fuentes de conocimiento proceden de el “otro mundo”, la tierra
de los muertos albergaba la sabiduría y conocimiento de los vivos. Según un
autor clásico, relataba como las almas de los muertos atormentaban con
frecuencia a los pescadores de Bretaña, para pedirles a estos que les llevasen a
la isla de “Donn”, para acortar su viaje hacia lo que para ellos sería “la luz”.
Se negaban, puesto que si un mortal cruzaba ese umbral antes de su hora, al
salir envejecería de golpe, y moriría en deshonor.


Los celtas y su increíble conocimiento de la climatología.
Los celtas sentían un gran respeto a la naturaleza y al clima, dado que su
existencia dependía de las cosechas y los animales, eran capaces de realizar
predicciones meteorológicas, para facilitar la pesca o sus cosechas, manteniendo
paralelamente que las fuerzas de la naturaleza controlaban el destino de los
hombres, el sol, venerado por .ellos, era fuente de vida, al igual que la luna.
De cierta manera emparejaban el cielo junto con su movimiento en las
estaciones con “El reino de Donn o de los muertos”.


El completo conocimiento del Más Allá.
El otro mundo para ellos era una dimensión sobrenatural en la que el tiempo y
leyes cotidianas no tienen valor. En esa dimensión se encontraba el reino de los
muertos, el reino de los dioses, las legendarias islas occidentales el reino de
las hadas y el reino submarino.
Existe un cierto parecido a lo que diversas teorías actuales intentar
explicar la existencia de una dimensión en la que existen energías fuera de
nuestro entender, de la que se manifiestan las psicofonías y otros fenómenos
como el espiritismo. Realmente ellos tenían constancia de esa existencia
dimensional. ¿Podrían acaso tener razón o disponer de medios de
transcomunicación de aquel entonces que desconocemos actualmente mediante
métodos rudimentarios?, tenemos conocimiento de que en el mundo antiguo
Pitágoras llego a utilizar algo parecido al método “guija”, y estamos hablando
de personas sabias de hace muchos años.
Siguiendo con las costumbres celtas, si un hombre era capaz de volver de esa
peligrosa dimensión, se le concederían poderes sobrenaturales e incluso armas u
objetos mágicas o sabiduría’-en el caso de los druidas y hechiceras. La forma de
acceder a ese mundo sería descrita como una puerta de niebla o la
entrada de una cueva misteriosa e incluso la superficie del océano. Los celtas
ante su tremendo respeto a los animales mantenían la creencia de que muchos de
ellos poseían poderes sobrenaturales y un intenso sentido espiritual, que
muclazos de ellos podían ir y volver de forma libre “al toro lado”.
El cerdo, el oso, los perros, caballos eran animales preferentes en su
cultura esotérica.
Otras puertas las denominarían como “sídh”, las viejas tumbas del paisaje
celta, de las que a veces saldrían hadas para raptar a los hombres para
llevarlos al otro mundo, donde serían torturados horriblemente. Los escritores
clásicos admiraban muy asombrados como los poetas celtas pasaban las noches en
los alrededores de las tumbas de sus ancestros para de cierta forma adquirir su
talento. Para ellos los espíritus con frecuencia se adentran al mundo de los
vivos.
Según Julio César, los druidas celtas en un momento del año, se reunían en
determinados puntos los cuales formaban un punto de energía especial que
conectaba con el cosmos y las puertas a todos los mundos exteriores. Entonces
serían capaces de alcanzar conocimientos profundos sobre el cosmos. Los lugares
donde se cruzaban las dimensiones “al otro mundo” poseían determinadas
características como cascadas, pozos, serían una especie de barreras, siendo
estas más vulnerables en determinados momentos del año.
¿Existían realmente esas puertas?, y de poder ser así, ¿Qué poder o
conocimiento poseían en aquel entonces para cruzarlas? Esos misterios
probablemente jamás serán resueltos. Todos tenemos constancia sobre hechos en
España actuales de viajeros que yendo por carreteras aparecen de repente a
cientos de kilómetros de los lugares. Tal vez exista alguna relación con esas
“puertas dimensionales”, y los celtas les daban esa explicación relacionándolo
con puertas a otros mundos.
Cuando daban a lugar las llamadas “noches de los espíritus”, los habitantes,
con gran miedo y respeto solían encerrarse en sus casas por miedo al contacto
sobrenatural, relatos nos cuentas de fortalezas y casas atacadas por espíritus.
En esas noches, valientes guerreros aprovechaban la oportunidad para atravesar
el umbral hacia el otro lado, intentando volver con vida y regalos mágicos o
poderes siempre manteniendo su fe y cordura.
Los celtas creían en los ángeles, los cuales eran “serafines” y habitaban en
el País de los serafines.


El poder del número 3.
También destacar el amplio poder que para ellos poseía el número tres, las
Tríadas, sus símbolos, sus grupos de patrullas guerreras, repetían
constantemente el número tres. De cierta forma ese número se relacionaba con la
magia, que, como hemos visto, era habitual su existencia en su cultura.
Durante su existencia, los objetivos más importantes serían mantener por
encima de todas las tres condiciones: venerar a los dioses no hacer el mal y
comportarse con hombría. La muerte sería un punto intermedio en una larga vida.
A sus muertos, no solo les disponían armas, a las mujeres joyas, y objetos
personales para alfareros, cazadores, pero a todos comida y bebida para su viaje
a ese lado. Incluso se han encontrado en sus sepulturas anímales de su compañía
como perros y caballos.
Símbolo celta.
Sus lenguas eran Irlandés (gaélico irlandés), Escocés (gaélico escocés),
Manes (escandinava), Bretón, Gales con unos cuarenta variantes de dialectos y
muy influenciados en algunos por otros idiomas, y Cómico, extinguido desde el
siglo XVIII.


Conclusión sobre una cultura asombrosa.
Curaciones espirituales, contactos e invocaciones de espíritus, Viajes
astrales, encantamientos, maleficios, alquimia, criaturas mágicas, vida después
de la muerte, hechizaros, hechiceras, druidas, guerreros con poderes
sobrenaturales, personas con sabiduría extraordinaria y sobrenatural, leyendas,
relatos de mundos paralelos, nos hacen pensar la importancia que poseía lo
esotérico para esta civilización, y que tal vez poseían conocimientos que hoy en
día han quedado olvidados, y que de alguna forma podemos relacionarlos con
sucesos paranormales de nuestros tiempos a los cuales científicamente no podemos
atribuir una explicación bajo la lógica.
Es sorprendente el parecido a nuestras ideas sobre energías de otra
dimensión por ejemplo en el campo de la transcomunicación, o lo que sería
actualmente para nuestra cultura la vida después de la muerte.
No podía dejar de destacar la existencia de los espíritus emparejada al
hombre desde que este era hombre, al igual que increíblemente también
contactaban con el más allá.
Son muchísimas las preguntas que después de leer este artículo nos pueden
llegar a pasar por la cabeza, y que nos dan que pensar, empezando por que
realmente se creía en la existencia de la vida después de la muerte desde que el
hombre es hombre. Profundo respeto, admiración, sobre las culturas antiguas de
las cuales siempre deberemos intentar investigar lo más posible y aprender de su
conocimiento, al igual que luchar por conservar los restos arqueológicos de los
que hoy en día disponemos, y que cada vez descubriremos más bajo la tierra de
nuestros alrededores, bajo nuestros pies yacen secretos que en algún futuro nos
desvelen más sobre sus misterios.

http://www.mundoparapsicologico.com/misterios/los-enigmas-celtas-i/

No hay comentarios:

Publicar un comentario