martes, 2 de febrero de 2010

13 abuelas que sanan la tierra


13 abuelas que sanan la tierra

Fue Bernadette Rebienot, una bwiti con 23 nietos, la que un día visualizó el nacimiento del consejo de abuelas. En su Gabón natal, las reuniones de las ancianas en la selva para orar por la paz y el bienestar del mundo son habituales. Esta visión se materializó cuando Bernadette coincidió con Jyoti,una psicóloga clínica y guía espiritual estadounidense que viajó a África para estudiar con ella. Al comprobar que ambas coincidían en su visión, Jyoti movilizó a su organización, el Center For Sacred Studies, y organizaron tanto la reunión de las Abuelas como el Encuentro Planetario de Mujeres, celebrado en octubre de 2004 en Phoenix, Nueva York, donde las abuelas indígenas y un nutrido grupo de abuelas occidentales debatieron los retos del sistema social actual. En ese encuentro fue creado el Consejo Internacional de las Trece Abuelas Indígenas.
Su intención es recuperar la voz de la experiencia femenina en una labor que haga perdurar su saber protector a los descendientes de los próximos siglos. Actualmente trabajan para dar a conocer sus intenciones tanto a la clase política como a todos los ciudadanos del mundo.
Desde la primera reunión han celebrado varios encuentros: En Pojoaque, Nuevo México; en California; en la amazonia brasileña; en Oaxaca, México y, en setiembre de 2006, en Darhamsala donde fueron recibidas por el Dalai Lama. El próximo consejo se celebrará en Dakota del Sur en Junio de 2007.

Berndette Rebienot
Bernardette nació en Libreville. Es madre de 10 hijos y ha trabajado como profesora y coordinadora de escuela. Además es sanadora, maestra del rito Iboga Bwiti y de los rituales de iniciación femeninos. Desde las selvas tropicales de Gabón, cuenta:
“Nuestro planeta está enfermo por los interminables estragos causados por la gente, la contaminación, la deforestación, los abusos de poder, los celos y el odio. La Tierra sufre de horribles guerras que transforman a la gente en monstruos.
Además están las pandemias: el sida, la malaria, el cáncer y otras plagas. Estas enfermedades se agravan con el hambre, una pobreza que va en aumento, la muerte de ideas y culturas y el desprecio y rechazo del prójimo, cuna de todas las formas de discriminación. Hemos perdido el camino.
”La naturaleza nos lleva hablando desde hace ya algunos años y manifiesta su dolor con terribles y precisas catástrofes, a través del aire y el agua, el fuego y las olas de calor.
He estado al servicio de la gente desde joven como doctora tradicional y sanadora, pero donde encuentro vida es en la selva. Es aquí donde todavía sé como convertirme en un todo con un paisaje lleno de miles de misterios. La selva no absorbe mi ser. Todo lo contrario, me permite capturar los secretos de lo invisible, de los que somos depositarios. Creo que pronto estos secretos se convertirán en valiosas brújulas para la humanidad. He elaborado remedios escuchando los secretos de la selva. He aprendido sobre la fragilidad y la infinita pequeñez de la humanidad, la vanidad de nuestros excesos y la efímera naturaleza de nuestra existencia. Me han enseñado la fuerza de la paz y la familia unida.
”La humanidad debe reconciliarse con la naturaleza. Los pueblos del futuro no serán aquellos que creen únicamente en la lógica, el reino de los números y el capital; sino los que hayan entendido que la red de la sociedad del mañana se sustentará en el respeto y la consideración por el prójimo. Así el diálogo reemplazará a la guerra.”


Agnes Baker-Pilgrim
Agnes Baker-Pilgrim es la mujer viva más vieja de los indios del río Rogue, los Takelma bamd de los grandes bosques al sur de Oregón, EEUU. Su tribu la considera una leyenda viva, embajadora de la MadreTierra. Ella nos dice:
"En mi pueblo existe una historia que cuenta que la única obligación que nos dejaron los antepasados fue rezar, por lo que me convertí en una oradora.
”Viajo a diferentes países siendo una voz para los que no la tienen, porque todas las cosas creadas necesitan una voz. Se me pide que rece por los tigres de Bengala, por los animales de África, por los lobos, por el salmón o por el río Ganges de la India. Fui a Australia para rezar por el río Murray-Darling y su contaminación y también lo hice por los cóndores y ahora están regresando a Oregón, después de haberse ido hace unos 200 años. Mi tribu me envía a regiones que necesitan oraciones y bendiciones. Me han llamado para dirigir plegarias y detener talas de bosques, o para ser grupo de presión en Washington y de este modo salvar nuestro lugar sagrado, Siskiyou, aquí en Oregón, que tiene flora que no crece en ningún otro lugar de la Tierra.
”Hasta el momento, lo hemos conseguido y continuaremos luchando. Como miembro titular de mi tribu, las Tribus Confederadas de los Indios Siletz, he luchado para lograr mejoras en cultura y tradición.
”He estado a las puertas de la muerte; sobreviví a un cáncer en 1982. Le pedí al Gran Espíritu que me salvara porque me quedaba mucho por hacer. El ha respondido a mis plegarias y yo reparto bendiciones porque se me ha permitido ser una mediadora.
”Ya es hora de que unamos nuestras oraciones a las de todos los pueblos de la Tierra. Juntos podemos acabar con los abusos a mujeres y niños, el hambre, la falta de protección de nuestras plantas medicinales y el consumo de drogas. Podemos estar unidos sin que importe cuáles sean nuestras creencias religiosas o espirituales y luchar por salvar nuestra Madre Tierra y rescatar nuestra propia existencia. Estamos todos juntos en esta “canoa agujereada” por lo que debemos ser fuertes y seguir hasta que nuestros corazones toquen tierra.”

Flordemayo
Más al sur, en la frontera de Nicaragua y Honduras, la indígena maya Flordemayo aprendió de su padre chamán, y de su madre sanadora las costumbres y métodos de curación de su pueblo. La honradez y la espiritualidad son los pilares de su mensaje:
“Nunca me he preguntado qué he venido a hacer a este mundo; siempre he entendido mi objetivo a través de mi diálogo personal con el espíritu de mis antepasados, mediante visiones y sueños.
Crecí aprendiendo a interpretar sueños, era obligatorio en mi familia. El Consejo de las Abuelas estaba ya escrito en piedra para mí: era mi destino. Había oído hablar de él en las profecías del pueblo maya y también me fue otorgada una visión directa de que el Consejo se iba a reunir.
”Elegí aceptar un puesto en el Consejo porque sentí que somos muchos en el mundo los que hemos perdido el contacto con lo básico. Las mujeres llevan más toxinas en sus cuerpos ahora que nunca. Es esperanzador volver a enseñar a la gente a cultivar y sobrevivir. Estamos reaprendiendo a cuidar la Madre Tierra. Con esto permitimos que el espíritu de las plantas y las aguas sagradas nos sanen.
”Creo que la tierra y los elementos tienen la capacidad de auto curarse. Quizás no ocurra durante nuestra vida, todo lleva su tiempo. Vivimos bajo una ley sagrada: la vida es un círculo y siempre hay una razón para que las cosas ocurran. Creo que la sanación del mundo es posible, pero para lograrlo se necesita un buen grupo de gente que crea en ello para hacerlo realidad.
”El mejor modo de curarnos a nosotros mismos es honrar nuestros espíritus libres. Honrándolos, nos volvemos comprensivos y cuando somos comprensivos nos volvemos honrados. Tenemos que encontrar también nuestro propio camino individual. Puede costarnos toda una vida conseguirlo, pero es necesario.”

CONSEJOS DE 13 ABUELAS SABIAS, DE DISTINTAS TRIBUS DEL MUNDO,

CON UN MISMO FIN:

AMAR Y SANAR A LA HUMANIDAD


“Te conviertes en ser humano cuando aprendes a fluir”


“¡Sé humano, honra a la gente y sé libre de corazón!”


“Venimos de la selva amazónica, del Círculo Polar Ártico, de los grandes bosques del Noroeste americano, de las vastas llanuras de América del Norte, de las montañas de América Central, de las Black Hills de Dakota del Sur, de las montañas de Oaxaca, del desierto del Suroeste americano, de las montañas del Tíbet y de la selva de África central. Somos 13 abuelas indígenas que tenemos una visión común. Somos una alianza de oración, educación y sanación para nuestra Madre Tierra, para todos sus habitantes y para las siguientes siete generaciones”.


Con esta presentación, estas 13 guardianas de las enseñanzas de sus tribus, mujeres sabias, curanderas, chamanas, parteras y sanadoras explican al mundo que por primera vez en la historia, los terapeutas tradicionales están poniendo sus conocimientos secretos en manos de todo el mundo con el objetivo de ayudar a sanar el dolor de la humanidad, según explica la escritora Carol Schaefer en su libro “La Voz de las Trece Abuelas”.


Unidas por una fuerza interna que les impulsa a llegar a todos los corazones, las 13 abuelas están de acuerdo en que la situación del planeta es tan desesperada que se necesita una respuesta global, un despertar espiritual de la conciencia. La gravedad de la crisis económica no es comparable a la soterrada crisis de valores, de humanidad, de respeto y de auto-conocimiento de las personas, que al perder la conexión con lo sagrado y por tanto el respeto a la naturaleza, vivimos en un mar de incertidumbre, vacío y soledad. Los avances tecnológicos y científicos no consiguen bajar los altos índices de insatisfacción de una sociedad basada en el consumo. La medicina no consigue sanar el alma, solo anular el cuerpo para que el enfermo olvide los verdaderos motivos, emocionales, de su enfermedad.

“La humanidad vive entre dos aguas que la desarmonizan: el miedo y el amor. El miedo es la raiz de la ira, los celos y la falta de armonía, mientras que la paz y el equilibrio proceden del amor. Nuestros corazones se contraen por el miedo o se expanden desde el amor”, explican las abuelas de la humanidad.“ “Nos obsesionamos con hacer cosas en lugar de permitirnos, no hacerlas. Siempre tenemos prisa, siempre esforzándonos, siempre queriendo gustar a alguien, siempre queriendo ser fuertes. Permitirnos significa ser nosotros mismos”.

Según las 13 abuelas, vivimos la corrupción innegable del espíritu. La familia humana global está perdida, confundida y enferma. Estamos desconectados de nosotros mismos y del planeta que alimenta nuestro cuerpo y nuestra alma. Para hacernos una idea de lo que esto significa, para los Lakota, si su conexión con la madre tierra desaparece, ellos dejan de ser quienes son, ya que todo lo que saben lo han aprendido observando los diferentes reinos de la naturaleza.

La violencia, la guerra, han traído el hambre, la pobreza, la pérdida de la cultura y el avasallamiento de los derechos humanos. Debemos despertar del trance en el que estamos, si no queremos que la tierra empiece a temblar. Estamos teniendo muchos avisos, el cambio climático es un hecho, pero elegimos seguir ignorando estas advertencias, claman.

Estas 13 representantes de la voz de la gente de buena voluntad de la tierra explican en sus conferencias y publicaciones, a nivel internacional, cómo sanar las familias, cómo terminar con la guerra, cómo establecer relaciones adecuadas entre hombres y mujeres, cómo integrar la medicina tradicional y la indígena, como mantener el equilibrio de la tierra y cómo expandir el poder colectivo de las mujeres sabias profundizando en nuestra relación con lo femenino, con la voz de la intuición que habita tanto en el hombre como en la mujer.

Es tiempo de unión de las naciones, como camino de la sostenibilidad del planeta. No puede decirse que pertenezcamos a una raza u a otra. Ahora nuestros caminos se cruzan para conectarnos con diferentes creencias y culturas, pero todas somos la misma llama de la Vida, de “la Creadora”, Madre tierra. Entre todos tenemos que proveer y preservar la belleza del mundo, con amor, esperanza, fe y compasión para que la séptima generación pueda disfrutar también de ella.


CONSEJOS DE LAS 13 ABUELAS PARA LA PAZ DEL MUNDO

1.Respetar y cuidar a la madre tierra para vivir sin romper el equilibrio del planeta. Sentimiento de unidad con la tierra y el cosmos: Padre Cielo, Madre tierra
2.Conectar con la fuerza más pura del ser humano que es el amor incondicional. “Amaros los unos a los otros” – Sistema basado en la reciprocidad
3.Honrar y confiar en el mundo de los espíritus de los ancestros. Recordar a los antepasados con amor. Sanarse a si mismo para sanar a nuestros ancestros y no repetir sus mismos errores a través de generaciones
4.Volver a nuestro Espíritu Interno y al Espíritu de todas las cosas para encontrar la verdad dentro de nosotros. Tener el valor de mirar dentro de uno mismo y fuera de uno mismo
5.Trabajar la ira sin volcarla en los demás
6.Escuchar el silencio, las respuestas siempre acaban llegando
7.Liberarse de las adicciones y de los juicios sociales eligiendo ser una persona productiva
8.Respetar a los ancianos, a la familia, a los niños, a todo ser vivo
9.Cuidarse durante el embarazo porque el stress y el malestar repercute en el bebé
10.Enseñar a los niños a reverenciar la vida y ser buenas personas
11.Respetar nuestro cuerpo y nuestra sexualidad como algo sagrado y fuente de vida
12.Tomar conciencia de que la única persona que puede darnos todo lo que necesitamos en una relación somos nosotros mismos
13.Aceptarnos a nosotros y a los demás tal y como somos
14.Creer en los poderes sanadores de las plantas
15.Integrar la medicina tradicional y la indígena para sanar también el alma y no solo parte del cuerpo
16.Acabar con la insatisfacción de una vida vacía y sin sentido
17.Recordar que la competitividad insana destruye al individuo, así como la violencia y la avaricia
18.Perdonar para preservar la salud y vivir en paz. Aceptar y perdonar el pasado para vivir el presente y mejorar el futuro
19.Obtener fuerza física, mental, emocional y espiritual para cambiar y vivir en paz y en armonía
Imágenes y más información: www.consejo13abuelas.es

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