La gente espera de la vida, todo.
Espera del amigo, lealtad;
de los hijos, gratitud;
de su amada, correspondencia;
de la ley, justicia;
de su esfuerzo, recompensa;
de sus allegados, reconocimiento.
En esa embaucadora expectativa yace la ilusión; haciéndoles creer que la vida les debe algo. ¡La vida no nos debe nada! Somos creadores y verdugos de nuestras propias ilusiones y desilusiones.
No esperar nada de nadie es el santo grial de la plenitud y la felicidad. ¡Espera de ti... y sólo de ti! Porque eres la medida de tu mundo y al último al que siempre recurrirás cada día de tu vida.
César Sánchez Manríquez
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