Entonces hablo para sentir que existo, porque si no hablara mi lengua se paralizaría, mi corazón dejaría de latir, toda yo me secaría deslumbrada.
Pongo las manos sobre mi corazón y siento que late desesperado. -¿Qué quieres tú? Y me contesta: -Romper tu pecho, echar alas, agujerear las paredes, atravesar las casas, volar, loco, a través de la ciudad, encontrarle, ahuecar su pecho y juntarme al suyo.
Un día habré dormido con un sueño tan largo que ni tus besos puedan avivar el letargo. Un día estaré sola, como está la montaña entre el largo desierto y la mar que la baña.
Alguna vez, andando por la vida,
por piedad, por amor,
como se da una fuente,
sin reservas,
yo di mi corazón.
Poemas de amor,
Alfonsina Storni
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