sábado, 31 de julio de 2021

 


Y de pronto un día me encontré sonriendo. Empecé a liberarme del estrés de querer controlar mi vida, a disfrutar, a soltar. Me hice muchas preguntas, muchas, el silencio de las respuestas ya no me incomoda, al contrario, es mi refugio. ¿Por qué querer encajar tanto? Estoy amando mis rarezas, mis imperfecciones; también mis heridas, las que otros me provocaron son pocas, las que yo misma me provoqué son muchas. Pero también sé que sin ellas, no sería la que soy. Entendí que sufrí demasiado por los fantasmas que me inventé, comprendí que me siento más fuerte gracias al camino que recorrí. Cuando se hace de noche, no le temo a la oscuridad, sólo busco las estrellas, cuando el viento intenta desmoronar mi casa, aprendo a buscarla dentro de mí para llevarla conmigo a donde quiera que vaya. Sin las tormentas, no hubiera conocido la lluvia, todavía no danzo bajo ella, pero ya no corro ni me escapo. Y de pronto un día me encontré sonriendo y esta sonrisa será por siempre el puente que me comunique con mi corazón, el que ahora late feliz…

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