Me hice amigo del Viento, él me enseñó a volar,
me llevo a tocar las nubes, conocer el más allá.
Me hice amigo del Sol, él me enseñó a brillar,
me hizo sentir su fuego y mi espíritu se puso a crear.
Me hice amigo de los Mares, ellos me enseñaron a navegar,
a navegar por los misterios escondidos en nuestra alma.
Me hice amigo de los Cerros, ellos me enseñaron a caminar,
a caminar despacio, para con todo poderme inspirar.
Arnau de Tera
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