sábado, 7 de noviembre de 2015

POEMA IMPRUDENTE - Mary Oliver





Hoy de nuevo soy apenas yo.
Sucede una y otra vez.
Esto es algo que me cayó del cielo.

Me atraviesa
como una ola azul.
Las hojas verdes –podés creerme o no-
emergen una o dos veces
desde la punta de mis dedos

en algún lugar
hondo en el bosque,
en el imprudente ataque de la primavera.

Aunque, claro, también conozco ese otro cantar
de la pasión dulce de la unidad.

Ayer precisamente miraba una hormiga atravesar un camino, entre
las agujas caídas de un pino hacía un gran esfuerzo.
Y pensé: ella no vivirá otra vida excepto ésta.
Y pensé: si ella vive esta vida con toda su fuerza
¿No es inteligente y extraordinaria?
Y seguí hacia la cúspide de la pirámide milagrosa de todo
hasta llegar a mí.

Y sin embargo, incluso en estos bosques del norte, sobre estas colinas de arena,
he volado desde otra ventana de mí
para convertirme en una garza blanca, una ballena azul,
un zorro colorado, un erizo.
Mi cuerpo ya se ha sentido como el cuerpo de una flor!
A veces mi corazón es un loro rojo posado
entre árboles extraños y oscuros, aleteando y chillando.


Reckless Poem


Today again I am hardly myself.
It happens over and over.
It is heaven-sent.
It flows through me
like the blue wave.
Green leaves — you may believe this or not —
have once or twice
emerged from the tips of my fingers
somewhere
deep in the woods,
in the reckless seizure of spring.
Though, of course, I also know that other song,
the sweet passion of one-ness.
Just yesterday I watched an ant crossing a path, through the
tumbled pine needles she toiled.
And I thought: she will never live another life but this one.
And I thought: if she lives her life with all her strength
is she not wonderful and wise?
And I continued this up the miraculous pyramid of everything
until I came to myself.
And still, even in these northern woods, on these hills of sand,
I have flown from the other window of myself
to become white heron, blue whale,
red fox, hedgehog.
Oh, sometimes already my body has felt like the body of a flower!
Sometimes already my heart is a red parrot, perched
among strange, dark trees, flapping and screaming.

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