Cuando se trata de arte urbano la norma indica que los artistas se hacen creando en las calles, y de un enorme grupo tan solo algunos (mezcla de talento y suerte) acaban comercializando sus obras, eso siempre y cuando les interese entrar en el mundo de las galerías. Pero el caso del español Silvestre Pejac es el contrario, él pasó del mundo de las exposiciones al del street art con todo acierto.
Su trabajo, siempre muy cercano a la naturaleza, convierte espacios impersonales y ajenos en lugares propios dándoles un toque único y distintivo. Y es que Pejac se sale de la norma en todos los planos pues sus obras, aunque públicas, combinan el street art con los encargos de particulares o instituciones que sin embargo consiguen mantener ese aire fresco que el arte urbano nos da, y es que en todas sus piezas la libre creatividad es una norma que debe ser respetada. Una combinación poco común pero absolutamente “disfrutable”.
Las obras del artista callejero español Pejac, el actual referente en España del street art, han sido comparadas recientemente por la crítica de arte internacional con las Banksy, el artista urbano británico más valorado de la actualidad y del cual se desconoce su identidad.
El punto en común entre Pejac y Banksy, además de tomar la calle como lienzo, es el tema de sus obras, pinturas críticas que reclaman la paz y la libertad y que decoran las paredes urbanas con ideales reivindicativos. Pejac no utiliza el spray, a diferencia de Banksy cuya técnica es el estarcido, el artista de Santander se arma de pintura, generalmente negra, y de pincel para construir sus sugerentes obras con las que invita a la reflexión.
Pejac estudió Bellas Artes en Salamanca, Barcelona y Milán, esta última ciudad le permitió un acercamiento al arte callejero, una experiencia que decidió retomar hace cuatro años con la meta de variar el formato y pasar del lienzo al muro. Su deseo es convertir las calles en espacios más habitables, y que mejor manera de hacerlo que con piezas que nos evocan un cierto naturalismo que se ha perdido en nuestras junglas de concreto.
Él admite que no se trata de pintar cualquier muro al azar, muchas veces encuentra lo que desea plasmar y no lo hace hasta hallar el muro correcto, otras es una pared quien lo encuentra a él, arrastrándolo al inevitable deseo de obtener la imagen perfecta para decorar ese espacio. Sin duda el método de Pejac no es el más habitual, pero el resultado es, al menos para mi, tan cautivante, que es imposible resistirse a contemplarlo.
Entre las pinturas de Pejac podemos destacar el código de barras en una alcantarilla del río Turia, Valencia o ‘El mundo se desaparece por el desagüe’, en Santander. No nos podemos olvidar de mencionar el pájaro, un elemento recurrente en sus obras, y enjauló en Lavapiés en 2011.
Silvestre Santiago Pejac, libera su obra en los muros y suelos de las ciudades, pero, a diferencia de Banksy, también expone en galerías de arte. Nacido en Santander, Cantabria, en 1977, estudió Bellas Artes y comenzó con lienzo, el cual ahora, es la calle, de la cual toma un elemento real para dotarlo de subjetividad y crítica.
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