jueves, 29 de abril de 2010

La risa del Zen - Osho


Un día, Buddha iba a dar una charla especial, y habían llegado miles de seguidores desde muy lejos. Buddha apareció con una flor en la mano; pasaba el tiempo y Buddha no decía nada, solamente miraba la flor…La muchedumbre se impacientaba, pero Mahakahyap, no se pudo aguantar más y se empezó a reír.

Buddha le hizo una seña para que fuese, le dio la flor y le dijo a la multitud:

“Tengo el ojo de la verdadera enseñanza; todo lo que puede darse con palabras, ya se los di; pero con esta flor, le doy a Mahakashyap la llave de esta enseñanza…”

Esta historia es una de las más significativas porque desde ahí se transmitió la tradición del Zen; Buddha fue la fuente, Mahkashyap el primer maestro y esta historia es la fuente desde donde empezó toda la tradición del Zen, una de las más bellas y vivas que existen en la tierra…

Tratá de comprender esta historia: Buddha llega una mañana y como de costumbre se congrega una muchedumbre; mucha gente está esperando para escucharlo, pero esta vez hay algo fuera de lo común: trae una flor en su mano…Nunca antes había traído algo en sus manos; la gente pensaba que se la había regalado alguien…

Llega Buddha, se sienta bajo un árbol; la multitud espera y espera pero él no habla, ni siquiera los mira, solamente sigue mirando su flor…Pasan los minutos, las horas y la gente se impacienta…

Se dice que Mahakashyap no se podía contener y se rió a carcajadas; que Buddha lo llamó, le dio su flor y le dijo a la muchedumbre congregada:

“Ya les dije todo lo que puede decirse con palabras y lo que no puede decirse con palabras, se lo doy a Mahakashyap; no puede comunicarse la llave verbalmente, le entrego la llave a Mahakashyap…”

Pero para el Zen, este es el origen; Mahakashyap se convirtió en el primer poseedor de la llave; después vino una sucesión de 26 en la India hasta Bodhidharma; el fue el vigésimo sexto poseedor de la llave; buscó y buscó en toda la India, pero no pudo encontrar un hombre con la capacidad de Mahakashyap -un hombre que pudiese entender el silencio…Tuvo que irse de la India para buscar un hombre que pueda recibir la llave, sino ésta se hubiese perdido…

El budismo entró a la China con Bhodidharma, buscando un hombre al que se pudiera dar la llave, un hombre que pudiese entender el silencio, que pudiese hablar de corazón a corazón, sin estar obsesionado por la mente, que no tuviera cabeza…

Esta comunicación más allá de las palabras solamente puede mantenerse de corazón a corazón; por eso durante nueve años, Bodhidharma buscó en la China y solamente pudo encontrar un hombre.

El vigésimo séptimo maestro fue un chino, y hasta ahora estuvo viajando; la llave todavía está ahí, alguien todavía la está llevando; el río no se secó…

Todavía necesitamos que un Buddha hable, porque eso es lo único que entendemos…Esto es estúpido; tendrías que aprender a estar en silencio con una Buddha, porque solamente así va a poder entrar en vos…Con las palabras, podrá golpear tu puerta, pero nunca entrar, no va a pasarte nada… Mediante el silencio, en cambio, él puede entrar en vos y su entrada va a llevar un nuevo elemento a tu mundo; su entrada en tu corazón va a darte un nuevo latido, un nuevo pulso, un nuevo impulso de vida, pero solamente su entrada…

Mahakashyap se rió de la tontera del hombre; la gente estaba inquieta y pensaba:

“¿Cuando se va a parar Buddha…?, ¿Cuando va a empezar a hablar para que podamos después volver a casa…?”

El se rió; la risa empezó con Mahakashyap y siguió y siguió en la tradición Zen…Ninguna otra tradición puede reirse… En los monasterios Zen se reían y reían y reían…

Mahakashyap se rió, y su risa incluía muchas dimensiones; una era del absurdo de toda la situación, de un Buddha en silencio y nadie que lo entienda, todos esperando que hable…Toda su vida, Buddha dijo que no puede decirse la verdad; así y todo, todos esperaban que hable…

La segunda dimensión era reírse también de Buddha, de toda la situación dramática que había generado, sentado ahí con una flor en la mano, mirándola, provocando mucha intranquilidad e impaciencia en todos…Ante este gesto dramático de Buddha, él se rió y se rió…

La tercera dimensión era el reírse de sí mismo; ¿Cómo es que no pudo entenderlo hasta ahora? Todo el tema era fácil y simple; y el día que lo entiendas, vas a reirte, porque no hay nada que entender, no hay ningún problema que resolver; siempre fue todo simple y sencillo, ¿Cómo nunca lo pudiste entender?

Con Buddha ahí sentado en silencio, con los pájaros cantando en los árboles, con la brisa pasando por entre ellos, y todo el mundo inquieto, Mahakashyap entendió…

¿Qué entendió? Entendió que no hay nada que entender, que no hay nada que decir, que no hay nada explicar, que toda la situación es simple y transparente, que no hay nada escondido, que no hay nada que buscar, porque todo lo que es, está acá y ahora, adentro tuyo…

El se rió de sí mismo por todo el esfuerzo absurdo de tantas vidas, solamente para entender este silencio, de haber pensado tanto…

Buddha lo llamó, le dio la flor y le dijo:

“Por medio de esta flor, te entrego la llave…”

¿Cuál es la llave? La llave es silencio y risa…Y cuando la risa proviene del silencio, no es de este mundo, es divina…

Cuando la risa proviene del silencio, no te estás riendo a costa de nadie, solamente te estás riendo de todo el chiste cósmico…Y realmente es un chiste; por eso les voy contando chistes, porque los chistes contienen más que cualquier escritura; es un chiste porque tenés todo lo que buscás adentro tuyo y vos seguís buscando por todas partes…¿Qué mejor chiste que ese?

Sos un rey y actuás como un mendigo de la calle; no solamente actuás así, no solamente le mentís a los demás, sino también a vos mismo creyendo que lo sos…Vos tenés la fuente de todo el conocimiento y todavía hacés preguntas…Tenés al ser sapiente y pensás que sos ignorante, tenés lo inmortal adentro tuyo y estás asustado y con miedo a la muerte y la enfermedad…Este es realmente un chiste, y si Mahakashyap se rió, hizo bien…

Mahakashyap se mantuvo en silencio, y silenciosamente está fluyendo el río interno; la llave se la dieron a otros, y todavía está viva, todavía abre la puerta…

Estas son las dos partes: el silencio interno, un silencio tan profundo que no hay vibración en tu ser; vos sos, pero no hay olas…Solamente sos un lago sin olas, ni siquiera surge una sola ola, todo el ser está en silencio, quieto…Adentro, en el centro hay silencio y en la periferia celebración y risas…Y solamente el silencio puede reirse, porque solamente el silencio puede entender el chiste cósmico…

Te digo: el silencio que existe con tristeza no puede ser verdadero; algo anduvo mal, te desviaste del camino, estás fuera de los rieles…Solamente la celebración puede darte prueba de que el silencio real ha llegado…¿Cuál es la diferencia entre un silencio real y uno falso? Que un silencio falso siempre es forzado, se lo consigue con el esfuerzo; no es espontáneo, no te sucede por sí solo, sino que vos hacés que te pase…

Estás sentado, en silencio y hay mucha agitación interna; lo reprimís y entonces así no podés reirte, así vas a entristecerte, porque la risa va a ser peligrosa -si te reís, vas a perder el silencio, porque en la risa no podés reprimirte… La risa está en contra de la represión…Si querés reprimir, no tenés que reirte; porque si te reís, va a salir afuera todo lo que tenés adentro; lo real va a salir con la risa y lo irreal se va a perder…

Esta es la llave -su parte interna es el silencio y su parte externa es la celebración, la risa…Se festivo y silencioso; generá más y más posibilidades a tu alrededor -no fuerces a lo interno a estar en silencio, solamente provocá más y más posibilidades a tu alrededor para que pueda florecer el silencio interno…

La meditación no te lleva al silencio; solamente genera la situación en la que el silencio sucede…Y este debería se el criterio -que cada vez que se de el silencio, venga la risa a tu vida…que se de una celebración vital a todo tu alrededor…

Cuando es demasiado el silencio, se transforma en risa…Se llena tanto que empieza a desbordarse por todos lados…

Mahakashyap se rió, y debe haber sido una risa loca…Y en esa risa no estaba Mahakashyap, porque era el silencio mismo el que se estaba riendo…El silencio había florecido…

Tu iluminación es perfecta, solamente cuando el silencio desemboca en celebración…De ahí mi insistencia que después de meditar tenés que celebrar…Después de haber estado en silencio, lo tenés que disfrutar, tenés que tener una acción de gracias; hay que mostrar una profunda gratitud hacia el todo, solamente por tener la oportunidad de ser, de poder meditar, de poder estar en silencio, de poderte reír…

Osho

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