lunes, 1 de febrero de 2010

Buenos momentos, malos momentos



¿No es tan fácil ser espiritual en los momentos difíciles, verdad? ¿Por qué?

La espiritualidad, por definición kabbalística, significa enfrentar el caos y transformarlo en orden. Significa que entras al ojo del huracán y lo conviertes en un día soleado. Ésa es la definición de espiritual.

El caos de la vida es lo que nos da la oportunidad. Nuestro instinto es huir del caos. Cuando hay una crisis con la hipoteca, una crisis global, una crisis política, una crisis del medio ambiente, esto es una oportunidad para ser transformado en su condición opuesta.

Esta transformación no es algo que sucede externamente, que es lo que el Oponente nos hace pensar. Por el contrario, la transformación debe ocurrir en nuestra propia conciencia.

La ciencia nos enseña la ley de la causa y el efecto. Plantas una semilla de manzana, ésa es la causa, y cuando las manzanas aparecen colgando de las ramas, ése es el efecto. Llevando esto un paso más allá, la Kabbalah enseña lo mismo. La conciencia es la causa, el mundo físico es el efecto. Los Kabbalistas no andan por allí tratando con el mundo físico en términos de tratar de cambiarlo. Nosotros tratamos con nuestra conciencia y eso a su vez influye en el cambio del mundo físico.

¿Qué significa eso? Bueno, si tú tratas únicamente el efecto físico, te involucras en activismo político y ambiental, protestas por las altas tasas de interés, le pides al gobierno que te ayude con la crisis hipotecaria, negocias mejores términos con tus acreedores y prestamistas, etc. Eso es tratar con el efecto. Y está bien. Tenemos que tratar con el efecto hasta cierto punto. Si eres testigo de un accidente automovilístico, y alguien está sangrando, tienes que llamar a la ambulancia. No permites simplemente que la persona se desangre ahí y le dices: “hombre, cambia tu conciencia”. Necesitas que vengan los paramédicos para que lo ayuden a manejar su crisis. Pero eso no va a cambiar al mundo. Sólo va a ayudar a arreglar algo que ya ha sido manifestado.

Espiritual significa: “No quiero reparar algo que ya está manifestado. Quiero remediarlo para que no vuelva a suceder”. Y en la vida, tienes que hacer las dos cosas.

Sin embargo, la Kabbalah trata sobre cambiar las cosas a un nivel de conciencia. Esto se hace no reaccionando ante la crisis y aceptando tu parte de responsabilidad en ésta. Significa pensar: “el banco ejecutándome la hipoteca es una retribución kármica. Sé que hay alguna bendición en este desastre”. La transformación es ir de ser una víctima de la circunstancia a decir: “Yo causé que esta situación apareciera en mi vida, como resultado de algún comportamiento negativo que tuve en esta vida o en una previa. Ahora tengo la oportunidad de liquidar esa deuda espiritual.”

Puedo escuchar a muchos de ustedes agitarse al leer esto. ¿Es un trago amargo, no es así? Pero, recuerda, espiritualidad significa abrazar el caos. Y una vez tengas una conciencia responsable, puedes ir y tratar con el uno por ciento, lo físico. Puedes llamar al banco, recaudar dinero, tal vez buscar una nueva carrera, lo que sea. Estarás más abierto a encontrar el mensaje que está ahí en la situación para ti.

Esta semana, cualquiera sea la crisis que estés enfrentando, asume la responsabilidad por ella. Relativo a la cantidad de seriedad y responsabilidad que aceptes, será cuanto de un milagro puedas generar a cambio. Y por milagro, me refiero a directriz de la Luz, sobre cuál debe ser tu próximo movimiento.

Todo lo mejor,

Yehudá



Fuente: www.soyespiritual.com

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