miércoles, 26 de febrero de 2025

Permiso

Hoy decido darme permiso. 
Permiso para evocar recuerdos de aquellos que en mí una herida ocasionaron; cada puñal que en mí clavaron, fuera de frente o por la espalda; 
cada lengua afilada que me arrojó una injuria; cada injusticia soportada, cada vez que de mi valía hicieron "nada"; 
cada vez que me sentí literalmente "echada".

Hoy, me doy permiso de liberar cada lágrima apresada, ahogadas por la obligación del día que las mantuve congeladas. 

Hoy, me doy permiso de sentir las más dispares emociones que, para "ser aceptada", debieron ser anestesiadas, y como un velo de luto, ocultar la propia esencia y autenticidad.

Felices vacaciones a la medicación. 
Bienvenida, tristeza; bienvenido, dolor. 
En este tiempo de pausa, dejaré que fluyan las nieblas oscuras del alma.
Hoy, les doy permiso de destruir cada rincón de mi ser, 
limpiar, 
sanar, 
restaurar.

Hoy, me doy permiso de evocar el devenir de la profesión que cada rincón de mi alma se llevó... 
Sí, la entrega fue mucha, la recompensa poca. 
En el baúl de mis recuerdos, un rincón resplandece; es la sonrisa de mis niños, brillantes estrellas en mis sueños, auténticos protagonistas de mis anhelos.

Hoy, me concedo el lamento, pues el camino que recorrí y el único rumbo conocido se desvanecerá en un suspiro, antes de lo planeado llegará a su fin. 
Y la incertidumbre del mañana carga un miedo que a mí se aferra, y aunque esporádicamente resplandece, la esperanza de un nuevo comienzo que sutil y frágil me alimenta,
hoy me doy permiso de reconocer que el futuro me aterra.

Silvia Rosana Buiak Branchesi

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