miércoles, 2 de julio de 2025

A mi edad, nos vamos volviendo adictos a nuestra paz, a nuestro propio espacio. Sabemos que el truco está en no odiar a nadie ni amar a cualquiera. Nos volvemos adictos a brillar con nuestra propia luz, a ser indiferentes a las opiniones y apreciar la fugacidad del momento. No damos más explicaciones, porque ahora entendemos que la vida tiene sentido en la oportunidad única que se nos brinda para experimentarla intensamente. Las máscaras ya irritan, las armaduras pesan, los prejuicios oprimen. 

No es egoísmo, es amor propio. 
Ya no tenemos tiempo para nada más. 

—César Sánchez Manríquez

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